En puridad, el libro no es amigo, ya que constituye materia inerte y no bebe vino, pero sí mi buen amigo Pedro Giménez, que es una de las almas en la sombra que han sacado adelante este hermoso proyecto. Se trata de un recetario patrocinado por Vegalsa en el que Cruz Roja ha reunido a algunos de los más importantes y vanguardistas cocineros de Galicia, a través del cual, con platos alegres y vanguardias, presentar al público una dieta sana y equilibrada con ingredientes económicos, frescos y, preferentemente, de temporada.
En "Hoy como en casa" podemos encontrar propuestas de estrellas consolidadas como Pepe Solla, Xosé Cannas, Yayo Daporta, Javier Olleros o Beatriz Sotelo y otras emergentes como Lucia Freitas, Adrian Felipez o Alvaro Villasante entre muchos otros que no nombramos por economía procesal, pero que sin duda merecerían capítulo aparte cada uno de ellos.
Puede adquirirse por el casi ridículo precio de 2 euros, que irán integramente dedicados a Cruz Roja, por lo que no hay excusas.
Entre tanto, les comento mi experiencia desarrollando esta deliciosa receta de Ensalada de tomates y almendras de Beatriz Sotelo que, pese a la ejecución perpetrada por un servidor, les aseguro que no tiene desperdicio. Mi única aportación, dado el bajo coste del plato, ha sido emplear ingredientes ecológicos.
Comenzamos por las almendras, que cubriremos de agua tibia y las dejaremos en remojo durante unos 20 minutos. Las trituraremos con la cantidad de agua justa para formar una pasta, con medio diente de ajo, sin el germen, una pizca de sal y aceite de girasol en hilo mientras batimos para que vaya emulsionando. Reservamos.
Entre tanto escaldaremos unos tomates cherry, haciéndoles una pequeña cruz en la punta para luego poder pelarlos con facilidad.
Disolveremos 100 ml de salsa de soja y otro tanto de miel, en medio litro de agua hirviendo con unas láminas de jengibre. Si no tenemos también se puede utilizar en polvo. Hecha la mezcla retiramos del fuego e introducimos los tomates pelados, que dejaremos enfriar junto con el peculiar almibar.
Cuando todo esté frio, sacamos los tomates y los dejamos secar durante diez minutos.
Con una manga pastelera hacemos una espiral de pasta de almendra (o ajoblanco concentrado, como quieran llamarlo) sobre la que colocaremos los tomates, manteniendo el pedúnculo. La receta recomienda coronar con un poco de aceite de albahaca, yo puse aceite y albahaca cada uno por su lado.
Se trata de un plato que recoge diferentes sabores y texturas, todas ellas de cierta potencia pese a la inocente apariencia de su presentación, por lo que requiere un vino con fuste. Esto proporciona una excelente oportunidad para mostrar mi admiración por el trabajo que César Márquez (sobrino de Raúl Pérez) está realizando en el Bierzo, a través de vinos alegres y expresivos, con identidad propia.
Acompañará con gracia a nuestro entrante así como a cualquier carne que le enfrentemos a continuación. Una delicia.