domingo, 3 de junio de 2018

Dos meses, cuatro vinos.

Sé que dos meses de ausencia en tiempo-blog es mucho. Suficiente para crear desafecciones, incertidumbre e incluso la desaparición. Me pide el cuerpo pedir disculpas, pero la realidad es que ahora mi tiempo va por otro lado. Por eso prefiero pensar que poco importa si el próximo post llega en dos días, dos meses o dos años. Será suficiente entretener a un par de incautos para que esto tenga sentido.

En este tiempo no he probado demasiado vino, pero sí algunas cosas muy interesantes que me gustaría compartir, y entre ellas las que apuntan a verano, tiempo que considero ideal para resistirnos a la cerveza con vinos que con su frescura y alegría nos permitan combatir el calor. Cuando llegue.

La primera pasa por la tierra que para mí es tan pasado como futuro, y que por fortuna en los ultimos años se está poniendo en excelentes manos: Ribeiro. Las manos de la gente de Cume do Avia seguramente sean unas de las mejores en las que unas cepas puedan ponerse. Pese a la juventud de las que ellos han sacado adelante, únicamente con procesos ecológicos y biodinámicos en un entorno hostil, sus vinos comienzan a destacar sobremanera en el panorama local y nacional.

Para el post de hoy me quedo con su vino más gamberro y desenfadado cuya elaboración comparten con Roseta Miguez (Taberna Vinos Deliberados), basados en los tintos, casi claretes que se elaboraban como refresco, cuando no existía la coca-cola. Rosete 2017 es fundamentalmente caiño tinto, con merenzao, carabuñeira y mencía, con un punch final de treixadura, agregada en plena fermentación, que aporta frescura y aromas.



El resultado es un escándalo rojo exultante, de eucalipto, frambuesa y melisa que envuelve la boca con tensión y mordisco goloso, para beber sin pensar en una barbacoa. Irá bien con todo, y siempre será poco.

Soy muy fan de la chenin blanc, como uva capaz de lo mejor en cualquiera de sus formas, desde lo dulce a lo espumoso, pasando por vinos de trago largo, como este de Catherine & Pierre Breton quienes para mí son una referencia de la relación  calidad-precio en el Loira. Uno de sus vinos más sencillos es este Epaulé Jeté 2015 (12 euros), 100% chenin blanc elaborado en Vouvray según los principios de la biodinámica y sin aditivos. Su fragancia explosiva recuerda a manzana reineta, a pólvora y a hierba limón. Vibrante y largo, es una experiencia inolvidable con unos torreznos bien crujientes.


Frente al carácter rompedor e intemporal de Rosete, que nos recuerda a un tinto ligero, existe una moda, en ocasiones bien entendida, de rosados pálidos, elegantes y refinados, de carácter esencialmente mediterráneo, seguramente inspirados en la Provenza. Tal vez el Ampurdan sea lo más parecido en la península al evocador aroma shakesperiano de la Provenza, y quizás por ello allí he encontrado uno de los más interesantes rosados-salmón de cuanto ahora campa en el mercado. Del matrimonio que forman Marc y Emma Bournazeau surgió un hermoso proyecto de respeto y simbiosis con la naturaleza, culminado por las fincas de Terra Remota, pero que en su colección más humilde, cuenta con un espectacular rosado, Ales Roses 2017 (9 euros) es garnacha tinta que huele a jazmín y a madroño, sabe a acedera y cruje como el arándano, llena la boca como tinto mediterráneo, refrescando como un blanco atlántico


El vino perfecto para un tomate decente, con aceite y sal. Algo muy difícil de encontrar.

Finalizo con una sorpresa que retoma los orígenes más humildes de este blog, que, pese a no conectar con un proyecto local ni artesano, sí representa el disfrute del vino diario que defendemos en esta plataforma. Sorpresa que fue mía cuando descubrí que el agradable moscatel seco, que estaba disfrutando junto a unos calamares fritos, no alcanzaba los tres euros y se vendía en en Aldi. Hablo de Meleta del Mar 2017, un vino aromático, que recuerda a rosas y a uvas de moscatel, seco, fresco y ágil que dificilmente puede discustar a nadie, y que sirve para recordarnos que el vino es uno de los pocos placeres que pueden disfrutarse a diario. 



Volveremos pronto.


3 comentarios:

Yagof dijo...

Como "incauto" habitual, tarda lo que tardes... pero vuelve.
Llevo dos años volviendo a Coruña en vacaciones por Rivadavia (desde Madrid, te sonará la experiencia) y cada vez encuentro una faceta nueva del riveiro. Y buena gente.

Toni dijo...

Hablando de ausencias de blog, los del mio son aún más largas, pero no te preocupes que aquí alguno seguiremos leyéndote cuando publiques. ;--)

Smiorgan dijo...

Hola Mariano.

Yo he probado varios vinos de la gama Meleta (tengo un Aldi justo delante de casa) y me parecen más que dignos.

Saludos.

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