martes, 17 de mayo de 2016

Máis Alá 2012

Tiene el vino de uva godello la fama engañosa de ser fácil por su amabilidad y voluptuosidad. Generalmente en oposición a la acidez insoslayable (incluso en los industriales) del albariño de Rías Baixas, cuando nos ceñimos al chateo del Noroeste, y que muchos no toleran.

Pero lo fácil suele ser aburrido, y muchos han descubierto en esta variedad, y sobre todo en el clima de A Rúa, en la comarca de Valdeorras, otra forma de hacer las cosas. Lo fácil es trabajar en la llanura, aprovechar el calor y los altos rendimientos para hacer vinos golosos y sencillos. Lo fácil es evitar riesgos, utilizando pesticidas y herbicidas que cercenan la competencia en el suelo, y también la vida. Lo fácil es no esperar al milagro, y seleccionar las levaduras que más encajen con el público mayoritario, y hacer un vino que triunfe en las bodas.

Pero lo difícil es ir más allá. Mais alá. También es lo divertido, porque sin riesgo no hay gloria. Por que lo difícil es buscar las viñas más altas. Dice Palacios que lo bueno empieza en los 500 metros, y rara vez por debajo. A mi amigo Sebio suelen gustarle las cosas difíciles, por eso se puso de acuerdo con A Coroa, y poder trabajar en su viñas más complicadas, las que se sitúan en Barranco Rubio, uno de los accidentes más escarpados de a Rúa en el que hace unos 20 años plantaron viña.

Máis alá es, fundamentalmente godello y de producción controlada, una posibilidad que brinda la D.O. de distinguirse limitando los rendimientos por hectárea. Poco interesante desde el punto de vista económico, pero decisivo en la calidad de vinos escasos como el que nos ocupa. Por el momento son muy pocas las bodegas acogidas.

2012 fue un año complejo, de sequía y nieblas que dificultaron la maduración fenólica. Buscando el equilibrio y la frescura decidió vendimiar pronto y fermentar muy lento, a temperaturas bajas para mantener toda la esencia de la montaña. Se crió en una barrica de 500 litros, que permaneció en silencio, durante 10 meses, en las hermosas catacumbas de la bodega.



Es un vino inicialmente austero y limpio en nariz. Alejado de voluptuosidades tropicales, a veces vistas en otros godellos prêt à porter, Máis Alá 2012 huele a tomillo limonero y a hinojo, también a espliego y a la piel de la naranja sanguina. Transmite la sensación del viento que no cesa y la soledad de la montaña; también en su boca, apretada, sin concesiones, con acidez cítrica, mineral y salina. 

Con gran volumen y tensión, como es costumbre en los vinos de Sebio, muestra pequeños taninos que lo hacen explosivo y tieso, con gran persistencia y expresividad, deja los recuerdos más cítricos y minerales de la nariz. 

Posiblemente el godello más rockero e implacable que se haya catado jamás.  

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