viernes, 2 de octubre de 2015

Pizza a domicilio y vino

Voy a tocar un tema tabú para todo friki gastronómico que quiera mantener algo de postureo: la pizza a domicilio.

Dudo que nadie esté en condiciones de negar el haber caído alguna vez. En mi caso particular, muchas veces. Un hecho especialmente sangrante cuando el pedido suele producirse el domingo noche, momento en el que esta vianda es especialmente dañina en términos de calorías y ardor.

Pero en general, como ese primer bocado del donut industrial, están ricas oiga. 

Eso sí, hay niveles. La del secreto en la masa es un desastre; el queso sabe a tranchetes, el tomate a almidón y las anchoas son para echar a correr. Me gusta algo más la "pan", de la franquicia americana por excelencia, pero sienta al estómago como a un Cristo dos pistolas.

El caso es que recientemente (y aquí pongo la cuña, ya habitualde exaltación del comercio de mi pueblo) ha abierto un horno de leña en el que en lugar de asar lechazos (gesta loable, qué duda cabe), hacen pizzas. Se llaman Al Toke, están en Villalba y llevan masa fina y crujiente. Además son descomunales.



Yo con las industriales no me complicaría con nada más que un agua con gas, porque con la cantidad de sal que llevan se deshidrata uno mucho. Pero estas de leña son otra historia, y merecen un vino pintón.

Mi primera opción, si está a tiro, es un rosado. Los de Terra Remota, en el Ampurdán, hacen unos la mar de curiosos, basados en garnacha tinta con aportaciones de otras uvas. Se alejan del típico rollo de gominolas y palotes, hacia un perfil más serio y vinoso. Y como a todo lo que sale de esta bodega, que lleva algo de crianza y elaboran con buena materia prima (ecológica) y muy a la francesa, le viene de perlas el tiempo en botella. 



Aunque lo mejor sería pillar un 2012, 2013 fue un buen año para este Caminito, contenido en aromas, que recuerda a pinar mediterráneo, a arándanos y tierra mojada. En boca es vibrante y balsámico, fresco y redondo, con pequeños taninos que hacen el trago divertido y con empaque, perfecto para el punto fundido y crocante de la pizza.

Pero pongamos que hay suegros o tíos putativos en casa y no apetecía cocinar. Desgraciadamente hay aun mucha gente que, fruto de lineales de productos deleznables, consideran el rosado casi un insulto. 

Yo me iría a Rioja, el plan A sería sacar el incontestable rosado de Muga. La marca hará que cualquier militante clásico se cuadre y nos permitirá hacer disfrutar de la pizza con semejante vinazo, perfecto para introducir al personal en las virtudes de un buen rosado.

Si no se atreven (plan B), pues nos quedamos en la Rioja tinta con un vino muy aparente en añada de gracia. Esta 2009 de Finca Valpiedra, sin rehuir del corte clásico riojano, da un perfil muy piamontés, estilo barbera, que hace una combinación excelente para la pizza. 



Recuerda a enebro, a ciruela seca, a bosque en otoño. En boca es seco, explosivo, con gran acidez. Sus taninos son aun algo rugosos, pero buenos para combatir el tomate y el condimento de la pizza, que hacen salir las notas más crujientes y frutales del vino, y llevan pensar en bayas muy frías al mordisco. 

Además de quedar bien, siempre pueden decir que es el vino de la serie Gran Reserva, que a las señoras les gusta mucho.

Idea de negocio: ¿se imaginan un servicio de comida decente a domicilio en el que además tuvieran buenos vinos?







6 comentarios:

Unknown dijo...

En casa siempre lo acompañamos de cava, claro que siempre son pizzas de quesos o vegetales

Jose dijo...

Mesevaustéasalvar... por el asunto rosado de Muga :-p

Saludos,

Jose

Mariano dijo...

Hola Carles,

Si es a mediodía la opción de las burbujas es perfecta. Para uno, que ya nació viejo, los espumosos nocturnos con una pizza son un coctel molotov.

Saludos!!

Mariano dijo...

Jose, sabía que iba ud a reaccionar. De hecho, cada vez que redacto algo, primero pienso si tendrá faltas de ortografía, después si las fotos son apropiadas y seguidamente ¿qué dirá Jose?. En este caso tenía mis temores. Confirmados.

Al final nos hemos salvado... uff.

En todo caso gracias por la exigencia. Ayuda a que intentemos ser mejores, o al menos a no empeorar mucho... ;-)

Saludotes!!

Jose dijo...

¡Ay, el qué dirán! ¡Qué orgulloso estaría de nosotros Pérez Galdós! 8-)

Saludotes,

Jose

Mariano dijo...

No crea usté, cada vez me siento más de Góngora.

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