jueves, 21 de mayo de 2015

Algo está cambiando

Creo que intentar disfrutar del vino en una feria es como tratar de ligar en un centro penitenciario; cualquier otro lugar parece mejor (y menos arriesgado) para hacerlo, pero claro, hay gente para todo... y no es el primer beodo que tiene que ser reducido por las fuerzas de seguridad en el seno de una dichosa feria.

Yo he terminado por asumir las ferias como un espacio en el que encontrarse con amigos.

FENAVIN sucede cada año en Ciudad Real y es, posiblemente, la más grande de las ferias que se celebran en España, pensada precisamente para abastecer, en general, mercados masivos, casi industriales. Como todo tiene cabida, muchas bodegas acuden por obligación de sus distribuidores, otras por ampliar canales de venta o exportación (cierto es que aquello está lleno de extranjeros) y algunas echan allí el resto. 

Aunque era la primera vez que quien suscribe se dejaba caer por allí, creo poder afirmar ya que "por sus stands les conocerás". El espacio alquilado y decorado por cada bodega se muestra como aquellos tapetes de ganchillo que adornaban los televisores de amplio trasero en los que el personal daba rienda suelta a su hortera interior, exhibiendo desde la clásica flamenca vestida de nylon, o figuritas de lladró si había nivel, hasta placas conmemorativas de "la mejor paella 1987" o un retrato de boda. 

Algunos stands alojaban mesas y sillas, tipos encorbatados, espacios disuasorios donde uno no sabe si va a probar un vino o a suscribir un seguro de responsabilidad civil, otros eran fastuosos y elegantes, como la sección de Carolina Herrera en El Corte Inglés, también los había temáticos, emulando una bodega o una taberna cañí... pero cuanto más rimbombante la puesta en escena, menos me interesaban sus vinos. 

Y en la inmensidad manchega que parece no tener fin, surge un espacio diferente, hay barriles, vinos y personas, sin paredes ni puertas. Se llaman Inkordia y sus aborígenes llevan camisetas negras, rockeras, parecen gamberros, irreverentes, provocadores... La gente se acerca, unos pocos saben a donde van,  el resto son curiosos que no entienden nada, pero se quedan. Ni un barril que no estuviera rodeado de personas. Gente y trasiego constante de copas, preguntas, nadie se quiere ir, y los que se marchan lo hacen con una sonrisa. 



Un guardia de seguridad (¡verídico!), atónito ante la escena, se acerca y pregunta, ¿qué dan ustedes, jamón?, ¡no! - responde una inkordiante- aquí damos vino bueno, - ¿y porqué esto está siempre lleno y el resto vacíos?... 

Todos los inkordiantes eran gente honesta, sincera, de manos curtidas... A Pita Cega, Orlando Lumbreras, Rubor Viticultores, Rubén Díaz, La Senda, Rafa Bernabé y Francesc, Viñedos Culturales, Esencia Rural, Esmeralda y Jesús, Pagos de Nona, Porcelanic, Toni Rimbau, Federico Schatz, Borja Pérez, Ignios Orígenes, Crusat, Adega Entre os Ríos, Samuel Cano, Nicolás Marcos, Cangas Wines, Rafa López, Sexto elemento ... Galicia entre copas y quien suscribe tuvimos la suerte de vivirlo en primera persona, también como inkordiantes, algo que agradeceré toda la vida, al igual que Dani Montia, Viri o Montserrat Martínez, alma del increíble aceite Peccatum 7,... ¡y es que Inkordia y su mensaje no terminan en el vino!, pues tienen mucho que ver con una forma diferente de vivir y relacionarse con la naturaleza, una alimentación artesana, auténtica y sin maquillajes, saludable para el hombre y su entorno. 



Unas cuantas islas más ratifican el movimiento. Grupos de viticultores unidos por la autenticididad que deciden presentarse como un caballo de Troya ante la industria del vino demostrando con sus stands repletos que otra forma de hacer las cosas es posible, ¡y viable!. Se hicieron llamar Roca Madre y El Camarote Cellars, y allí estaban Suertes del Marqués, Alfredo Maestro, Maldivinas, Forjas del Salnés, El barco del Corneta, Can Ramón, Tentenublo, Viña Zorzal, Albamar... y algunos artistas más.   

Llevábamos día y medio de jornada cuando Joan Gómez Pallarés irrumpe en la feria. Su ponencia, que yo llamaría manifiesto, se llena como ninguna en FENAVIN. Nos habla de la historia del vino, no como proceso de fermentación del zumo de uva, sino como la comunicación entre el ser humano y la tierra, de su relación inseparable con la cultura y de su viaje en el tiempo... y finalmente de cómo todo se rompe en el siglo XX, cuando el vino se convierte en un objeto más de la industria, y su elaboración en un proceso dirigido a lograr un producto estable y homogéneo (y aburrido) añada tras añada; la antítesis, en definitiva, de lo que el vino es como reflejo de su entorno, su cosecha y, cómo no, ¡su elaborador!

Joan nos cuenta cómo, en los últimos años, algo empezó a cambiar. 



Él pudo descubrirlo en ese viaje, casi iniciático, que es Vinos Naturales en España, donde dio en el clavo, al igual que sus palabras en la feria que se me antojan, insisto, como un verdadero manifiesto, dando forma al cambio, a la revolución que, precisamente, consiste en dar dos pasos atrás. Creo que el discurso de Joan le hace inmortal de la misma forma que el vino inmortaliza al artesano que lo hizo y, de alguna forma, nos hace inmortales también a quienes lo bebemos.

Algo está cambiando, porque los viticultores que no hace mucho eran islas, freaks, outsiders,navegaban contra corriente, separados por mil elementos pero unidos por la autenticidad, se revelan, no ya solo como el presente del vino de calidad en España, sino como los precursores de algo más grande, porque se hablará de ellos como de los que un día hicieron historia, devolviendo al campo a su lugar y haciendo al vino y a ellos mismos un poco más eternos.

Dice Joan en su libro que beber vino...

 "siempre ha sido, y es, una de las formas más naturales, espontáneas  y lúcidas de volver a un paisaje, a un territorio, a una cultura. A una tradición de la que procedemos, pero que hemos olvidado por completo.
En un tiempo en que las cerezas pueden llegar en invierno (...) en un tiempo en que nuestros hijos apenas saben poner nombre a árboles, pájaros y animales. En este tiempo, es más necesario que nunca detenerse un momento, reflexionar y girar la cabeza hacia el lugar y las tradiciones de las que venimos. Más que nunca, estoy convencido de que dos pasos atrás acabarán significando un paso adelante.

De eso se trata, de volver al orígen y descubrir que no sólo otro vino es posible, sino que artesanía, honestidad y paisaje son los únicos caminos que conducen a lo que el vino y la agricultura, que nos hacen verdaderamente humanos, nunca debieron dejar de ser. 

Ayer vimos nacer Vino Verdadero, una prometedora iniciativa que representa a las mil maravillas todo esto de lo que hablamos.

Y en breves se celebra de nuevo A Emoción dos Viños.

Porque la revolución continúa, y es imparable. 




8 comentarios:

Maestre Patarrán dijo...

Maestro, solo por ir a ver a Los InKordiantes ya merecía la pena el evento.
Y que EL MAESTRO (con mayusculas) de DeVinis diese una disertacion de las suyas sobre el

vino y sobre lo divino y humano de nuestra condición... no le digo ná y se lo digo tó.
;-)
Creo que ya se lo he contado en alguna ocasión.
A veces tengo una fantasía... no se si calificarla como sexual.
Dos jovenes están abriendo una botella de vino.
Uno de ellos dice:
-Ya quedan pocas.
-Si -dice el otro encogiendose de hombros- Muy pocas.
Tras el descorche y el aireado, escancian en sendos "balones" borgoñeses, casi con reverencia.
-Caray con El Abuelo... se lo pulió todo en la bodega...
-Sip. Pero... ¡Que vino hizo, el muy jodío...!
Y se beben el vino con una enorme sonrisa.
Y es que...
En ocasiones, al salir del trabajo (y no me quejo pues todavía tengo) me entran ganas de

venderlo todo, comprar un pequeño terruño e irme a vivir al campo.
Y jugarmela con una bodega familiar. A ver que pasa.
Probablemente me arruinaría (de esto de los vinos... solo entiendo de bebérmelos y poco mas)
Pero me lo pasaría de muerte en el intento.
Como el chiste:
"Me encanta jugara al póker y perder"
"¿Ah, si...? Oye... ¿Y ganar?"
"Uffff... Ganar."
"Ganar... ¡Tiene que ser la Ostia...!
Seguiremos atentos estas iniciativas, Maestro.
Por ilusión y sueños... no será.
;-)
Irrepetible 2012

Sibaritastur dijo...

Suscribo tus palabras Mariano pero hay un detalle que nunca se comenta. Generalizando, por supuesto, son vinos sinceros, honestos, con respeto a la tierra y apegados a su origen pero eso no debe de acabar en el vino que se presenta, también en su comercialización. Y desgraciadamente, en eso, tienen los mismos vicios que la gran industria.
Me fastidia mucho haberme perdido la charla de Joan, pero ya sabes, voy a contra reloj y me despisté. Para otra, habrá más.
Te lanzo un guante a ti y a Joan desde aquí. Cuando organizamos una presentación conjunta de ambos?, me presto voluntario.

Blog De Vinis dijo...

Muchas, muchísimas gracias por la entrada y el comentario, Mariano. Y por los que habéis apuntado algo positivo de mi charla, aunque no estuvierais.
Si decidí que podía ser útil mi presencia en Fenavin no era sólo porque los Inkordiantes me invitaran a participar (detalle que agradezco en lo más profundo), sino también porque por primer vez en una gran feria del vino no monotemática, podía visualizarse una cierta manera de entender las cosas. Sin certificacions, cierto, sin marchamos, también, y cada cual haciendo lo que cree más conveniente en viñedo y en bodega. Pero entre Inkordia, Roca Madre, Camarote Cellars; más un montón de bodegueros que estaban en otro tipo de agrupaciones (por citar a tres de los que pude saludar: La Gravera; La Vinya Oculta; Dani Ramos...) o en solitario...
Todos ellos estaban mostrando un estado de las cosas distinto, un tipo de sensibilidad, una manera de hacer las cosas que, en efecto, nos dice "algo se mueve, algo está cambiando" y nosotros, aunque en una mínima y prescindible parte, formamos parte de ellos porque bebemos sus vinos, los disfrutamos, les conocemos y charlamos con ellos, hablamos también de ellos...
Había que estar ahí y había que contar por qué suceden las cosas. Aunque sea en metáforas...
Muchas gracias por tu post!
Un abrazo,
Joan
Ps. Jorge!!! Tú mismo!!!

Unknown dijo...

Grandes Mariano y Joan. Me sumo a la iniciativa de Jorge, veniros por Asturias que aquí hace buena falta predicamento ;-)

Mariano dijo...

Hola Patarrán, poco que añadir. Da gusto con lectores como tú, jajaja.

Saludotes!

Mariano dijo...

Jorge, no te falta razón. Falta un canal de comercialización sólido y serio que "remate la faena".

Yo voy a ciegas a cualquier cosa en la que podáis estar Joan y tú, así que es cuestión de encontrar fecha amigo.

Abrazote!

Mariano dijo...

Gracias a tí Joan. Pocos hay dispuestos (y capacitados) para cogerse un coche desde Barcelona y plantarse en Ciudad Real para hacer llegar un mensaje de autenticidad como el tuyo, y ser brillantes. Tú lo fuiste, no precisamente en el terreno más propicio.

Y lo mejor es que esto no termina aquí.

Abrazo fuerte!

Mariano dijo...

Fran, lo dicho, cuestión de encontrar fecha!

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