Por muchas cuestiones es quizás este 2014 de los más sorprendentes de su historia, pero especialmente por una, que ha llamado poderosamente mi atención: de los diez vinos destacados, la mitad, incluyendo el primero, no tienen acogida en una denominación de origen.
Me veo obligado a reflexionar e intentar sacar conclusiones aunque posiblemente la mayoría de los lectores, con buen criterio, ni se habrá percatado de este dato, primero, porque hoy en día parece que puede surgir un buen vino de cualquier lugar, y segundo, porque ya a prácticamente nadie le importa esto.
Pero no siempre fue así. Hace algunos años (aunque no tantos como pudiera parecer), en España sólo existían dos tipos de vino, de Rioja o peleón, y para poder hablar de calidad, de salto de nivel, la etiqueta de la denominación de origen representaba algo esencial.
Venía a suponer que una institución solvente había comprobado que el contenido de la botella en cuestión, no solo no era venenoso, sino que además procedía de un lugar determinado y bajo ciertos estándares de calidad. Dicho de otra forma, pertenecer a Rioja, más tarde a Ribera del Duero o a Rías Baixas (vale que Ribeiro es más antigua, pero de aquella estaba en las catacumbas) suponía cierto prestigio y distinción, en la misma línea que desde hace más de un siglo supone en Francia poner AOC Meursault, Pessac-Léognan o Côte-Rôtie en una etiqueta.
Comenzaron entonces a aflorar denominaciones de origen por toda la península, algo, en principio legítimo y que respondía a una realidad vitícola diversa, como lo es la española fruto de una historia compleja en la que de una u otra forma el vino ha estado presente.
El tema prometía, ¡qué duda cabe!. De repente veíamos la posibilidad de conocer multitud de expresiones de climas, suelos, variedades,... terruños en definitiva.
Sin embargo, algunos elementos fundamentales se quedaron en el camino:
- Unas y otras D.O's suscribieron similares criterios de calificación de Crianzas y Reservas, basados en la madera externa al vino y no en la tipicidad.
- No se advirtió, salvo en casos contados, una especial protección de las variedades autóctonas y de hecho se acogen como preferentes cabernets o chardonnays, de dudoso arraigo en España, y se manifestó una expansión casi enfermiza del tempranillo por toda la península, incluso en lugares donde se adaptaba especialmente mal.
- Resulta llamativo que cuando las DO se fueron pronunciando sobre volúmenes de producción, fuese para aumentarlos, y no para reducirlos en favor de la calidad.
- Algunos incluso se dedicaron a hacer el ridículo, intentando blindar el uso de una variedad, intentando prohibir su vinificación etiquetada en otros lugares, en lugar de defender la particularidad el terruño y a los viticultores que lo expresaban.
Hasta aquí todo podría ser aceptable si existiera un criterio claro, definido e histórico de lo que es el vino de la zona, como pueden permitírselo en Meursault, Pessac-Léognan o Côte-Rôtie, donde -insisto- llevan muchísimas generaciones elaborando y etiquetando vinos de talla mundial. Pero, ¿existe un criterio claro, histórico e inmutable de en qué consiste la tipicidad de Rueda, Manchuela o Rías Baixas?, es más, ¿es posible que una D.O. con apenas 20 años de historia determine cómo debe ser el vino de la zona?.
Yo lo dudo, y les pondré un ejemplo.
Pocos dudan que Quinta da Muradella hace los mejores vinos de Monterrei. Es punta de lanza en todo el mundo, sus vinos obtienen las más altas calificaciones de prestigiosos prescriptores y exporta alrededor del 90% de su producción a países como Francia o EEUU, donde se venden (y mucho) las botellas a más de 40 dólares.
José Luis Mateo, lleva ya unos cuantos años ensayando con variedades por separado, con diferentes suelos y orientaciones, leyendo sus expresiones en cada añada y, además con distintas elaboraciones. Buscando el camino (así rezan sus corchos) de revelar la expresión de su terruño, y a ser posible, de cada finca.
Cuando le pregunté cuál era la tipicidad de Monterrei, me respondió (con la humildad que le caracteriza), ¡que aun es demasiado pronto para saberlo!, hay que seguir trabajando, cuidando viñas, suelos, y estando atentos a lo que nos cuentan cada año.
Entonces, si el que a priori mejor conoce uvas, tierras, clima y evolución de los vinos de Monterrei, aun no es capaz de determinar un carácter esencial de su terruño, ¿es sensato que el comité de cata la D.O. Monterrei se permita descartar un vino porque no reúne unos u otros rasgos de tipicidad?, y, en tal caso ¿quien y con qué criterios ha decidido cuales son esos rasgos?
Quede claro que la D.O. Monterrei merece todo mi respeto y aquí no es más que un ejemplo teórico. Pongamos otro.
Hace un par de años hablaba con David Busto, representante entonces de la Bodega Dominio do Bibei. Para quien no la conozca, fue la primera en apostar por vinos de crianza en Ribeira Sacra y hoy en día cuenta con un reconocimiento internacional del que pocos en España pueden presumir. Mucho de su éxito comercial es mérito de David, por cierto.
Elogiaba yo aquel día la calidad de su Brancellao 2007, y llegué a calificarlo de gran vino. En ese momento, David me cortó, diciendo que para hablar de grandeza hay que tener una trayectoria de excelentes vinos año tras año durante un lustro al menos, y poder abrir ahora una botella con dos o tres décadas a sus espaldas y alucinar,... ¡eso es un gran vino!.
Obviamente esto nos reconducía a Burdeos, Borgoña, Barolo o a algunos grandes Riojas clásicos, y poco más, pero no donde aun queda todo por hacer.
Por consiguiente, si los grandes vinos aun están por hacer en casi toda España, ¿quién puede dar por sentados los criterios que definen el carácter del mejor vino de una zona?. ¿Acaso no corremos el peligro de perdernos el gran vino si a priori hemos decidido que la uva "X" en la D.O. "Y" tiene que oler a maracuyá y dar blancos limpios de color verdoso?
Alguien podría responderme que lo que los comités de cata buscan es un estándar de calidad. Muy bien. Esto sería aceptable si quienes los componen fuesen, siempre y en todo lugar, analistas con gran experiencia mundial, dilatada y continua, que han probado y siguen probando las mejores botellas de Borgoña, Mosela, Burdeos, Sicilia, el Piamonte, Sonoma, Swartland y, por supuesto España.
¿Esto es así?
Yo lo ignoro, pero el hecho de que la mitad de los vinos destacados en el Ranking no estén en una D.O., pudiendo estarlo (en una muestra en la que los vinos con D.O. era de más del 80%) me hace dudarlo, como me hace dudarlo el hecho de que excelentes tintos y blancos que triunfan objetivamente fuera de nuestras fronteras se vean obligados a salir al mercado como Vino de la tierra o Vino de Mesa, mientras millones de botellas de productos etiquetados pero mediocres pueblan los lineales a menos de tres euros.
Tres euros que en modo alguno pueden cubrir el coste una elaboración mínimamente honesta.
¿Qué ha de opinar un consumidor cuando el chato del bar de Rueda le sabe a rayos mientras lee que los mejores y más caros vinos de la zona son Ossian o El Barco del Corneta, ambos "vinos de la tierra"?
Miren, yo en este escenario sólo veo dos salidas, una es aprender, mirar fuera, rectificar de los errores e intentar atraer buenas prácticas y mejores viticultores, reflejar la importancia de las fincas o los pueblos sobre el brillo del menisco, los meses de barrica o el battonage. Ante la duda y en ausencia de práctica irregular, ¡calificar el vino!, dejar trabajar a los viticultores que hacen vino, no molestarles con que su blanco no es amarillo pajizo o que en la etiqueta han puesto el nombre del pueblo y eso no se puede hacer. Conozco pocos viñadores auténticos que no hayan experimentado sandeces del estilo con su respectivo Consejo Regulador.
¡Qué decir!, a mí se me caería la cara de vergüenza como catador si, tras descalificar un vino, éste aparece elogiado por Luis Gutierrez, Alice Feiring, Juancho Asenjo o Matt Kramer un año después. Pero si la respuesta es la soberbia, algo falla.
No me olvido de las añadas. El hecho de que todas se califiquen como excelentes no las hace ni medio buenas, únicamente desprestigia a la práctica totalidad del vino de la zona, especialmente en un buen año, como en el cuento del Lobo. ¿No será más inteligente la sinceridad que haga util la calificación de la cosecha?. El consumidor lo agradecería prestándole atención en lugar de partirse de risa. En Burdeos lo hacen y no les va mal del todo.
La otra salida es sencillamente la autodestrucción, es decir, la identificación de la zona con el granel, con el vino barato y mediocre, ese que se toma con el menú del día, pero bajo ningún concepto se le regala a un suegro. ¿Alguien regalaría (aunque sepa que es bueno) un vino con D.O. Rueda o La Mancha a alguien con quien quiere quedar bien?.
Hay vuelta atrás, sí, y además estoy seguro de que en todos los Consejos Reguladores trabaja gente honesta, con inquietudes y buen criterio, pero no es eso lo que a día de hoy destaca.
Créanme si les digo que en un mundo globalizado como este, con toneladas de información corriendo a toda velocidad, y tanta competencia, no abundan las segundas oportunidades. Como dicen en el mundo del seguro, "es muy difícil ganar un cliente, pero se le puede perder en un minuto, y el que se va, rara vez vuelve".
No me cabe duda de que los buenos productores encontrarán su camino, con o sin etiqueta, porque han perdido el miedo y porque sus vinos hablan por ellos, no tendrán problema, incluso es posible que se organicen en torno a una nueva certificación de calidad, como ha ocurrido en otros lugares.
Sé que muchos no verán con buenos ojos estas palabras, porque este país es muy de matar al mensajero, pero ni busca la polémica ni la crítica gratuita, sino la reflexión desde la creencia de que el vino, el de calidad, puede ser un gran motor de este país, si no nos lo cargamos, claro.
A día de hoy, el camino es sombrío.
* Fotografía obtenida del blog de Gabriel Sanz
22 comentarios:
Hola Mariano,
Acertada, obligada y necesaria la entrada de hoy, no puedo estar mas de acuerdo, y creo que afortunadamente desde distintos sectores y en el caso de el sector vinicola tambien, parece que se esta evolucionando tanto a nivel de profesionales (mas alla de los oportunistas de siempre) como a nivel de los consumidores, un ejemplo, el pais que en los ultimos años mas terreno ha ganado en cultivo ecologico/natural/sostenible ha ganado frente al de laboratorio ha sido E.E.U.U., pais paradigma de la super produccion eterna, y si bien es cierto que sin ir mas lejos, Francia tiene mas hectareas de cultivo limpio la batalla esta siendo ardua y tenebrosa...
Conozco de primera mano la situacion en el pais vecino ya que vivo entre Valdemorillo y la Provenza, para terminar el ladrillo, un comentario del ex director de la Camara de Agricultura de la Region Provence Alps Cote D'Azur, mi suegro,"La revolucion siempre empieza en el terroir que es lo que nos mantiene"
Un saludo!
Hola Mariano
No hace falta ser muy observador para darse cuenta de lo que escribes en esta entrada. Las DO sirven a las grandes producciones, que son las que mandan en estas asociaciones. La utilidad para el consumidor final es muy escasa o nula. No obstante, aún hay mucha gente que dice que sólo e gusta el rioja, y me parece asombroso que los rueda sean los vinos que más se chatean. Gente que va derivándose hacia la cerveza cada vez más, por la ínfima calidad de los vinos que les sirven.
La solución es complicada. Hay productores que a fuerza de mucho trabajo y valor están saliendo adelante, pero es muy difícil llegar al consumidor sin el apoyo de una estructura.
Hace unos días, sin embargo, leí una noticia que podría marcar el camino a seguir. Varios productores de espumoso del Penedés, cansados de que el paraguas cava ampare a vinos de muy escasa calidad y sin ninguna identidad de zona, se han “asociado” y han diseñado un sello de calidad propio de espumosos del Penedés. El problema es que si no está amparado por ninguna norma, nada me impediría copiar el sello y ponérselo a un vino “venenoso” con burbujas, de los que hay en los lineales de los supermercados.
Como consumidor y aficionado, los sellos no me sirven para nada. Me fío del productor concreto, y sigo de cerca la trayectoria de productores que luchan por conseguir ir fomentando una identidad de terruño, como están haciendo mis amigos garnacheros de Gredos.
Un abrazo
Vicente
Hola Mariano et al,
totalmente de acuerdo.
Adicionalmente no olvidemos el componente de politiqueo (sic) que tienen los Consejos Reguladores.
No les importan ni los consumidores/bebedores, ni las bodegas, ni mucho menos les preocupa todo aquello que dicen cuidar y proteger.
Las DOs me recuerdan aquella película ('El sexto sentido') en que el muerto ni sabe que lo es.
No olvidemos, en cualquier caso, que este problema no es único de aquí. Como ya hemos referido en alguna ocasión en Beaujolais y Loira se han dado casos similares de comités que indican que determinado vino "carece de tipicidad" o en Italia pasar a aceptar variedades que hasta no hace mucho no lo estaban con criterios no siempre plausibles.
Saludos,
Jose
Se puede decir más alto pero no más claro.
El problema es que estas reflexiones nos interesan a los frikis del vino. Me temo que a la gente "normal" le importa muy poco.
Como dice Vicente, los Rueda perrunos son los que más se chatean...
Excelente post Mariano, suscribo la totalidad de tus palabras. Tengo que reconocer cierta envidia por saber expresar en palabras escritas, tan bien, lo que muchos pensamos. está claro que si supiera, haría otro tipo de blog. Yo soy más de expresión oral.
Voy a hacerte una puntualización, J.L Mateo no es el mejor productor de Monterrei, es el mejor productor de España por todo lo que hace y como lo hace. Y además, por la persona que es, que desde luego a mi me importa por encima de los vinos. No me caliento más porque diría que es de los mejores productores del mundo. No puedo afirmarlo porque me falta mucho por conocer pero en el camino del vino que voy haciendo, son miles los vinos probados, lo afirmo y lo defiendo ante quien sea.
Quería decirte algo Vicente sobre lo que comentas de la cerveza. La cerveza que inunda los mercados es en general u producto de bajísima calidad, incluso ahora con la moda de las cervezas artesanas hay auténticas tomaduras de pelo. Sin embargo, en ese tipo, se encuentra la cerveza de "verdad".
Y Toni tiene razón, el consumidor general, el que consume vino y no tiene ni idea, se la trae al pairo, quiere vinos de zonas famosas y si cuestan 50 cts mejor. Es una generalización atrevida pero es lo que observo.
La ignorancia, la falta de cultura, de criterio es territorio abonado para estas prácticas que denuncias.
el consumidor debe de querer saber para exigir pero no solo con vino, con todo lo que comemos y bebemos.
Hace falta cultura, hacen falta comunicadores y empresarios que se arriesguen a esto pero eno es un trabajo a corto plazo, se necesitan recursos y tiempo.
Por eso la gran industria prefiere gastar dinero para seguir confundiendo al consumidor - un ejemplo los anuncios en Tv y radio de vinos de dudosa calidad y me atrevo a decir, procedencia, que en ayudar al consumidor a enriquecerse.
con un juego de palabras lo defino, La vida con vino se "bebe" mejor. Claro pero con buen vino.
Exijamos como consumidores. hay que formarse, probar, arriesgarse en conocer y así no nos podrán tomar el pelo y "matarnos" a nosotros y al medio. Lo digo por lo que está pasando también en la agricultura, la produccíon de carne y la gran distribución.
Siento el peñazo ;)
Excelente artículo.
Largas reflexiones que tocan todas las partes del "negocio".
Como consumidor final las Do hace tiempo que dejan de nublarme la elección o el gusto, pues s eles ve digamos "turbias", poco claras.
Lo que si está muy claro, que en un pais de grandes vinos, la cerveza y los refrescos avanzan a pasos de gigante mientras el vino se está quedando quieto y mirando.
Esperemos que reaccione!
Saludos y gracias
Joer con lo de los Rueda perrunos y/o venenosos... eso también ayuda a matar a la DO, bueno, más que a la DO, a los buenos vinos que aún están en esa DO, no ese mal pasto que ponen en los bares y tabernas.
Hace unas semanas realizaba una reflexión parecida en mi blog pero centrándolo en la DO Rueda, ¿decadencia, oportunismo, negocio…?
Coincido en que los controles de calidad se saltan a la torera en todas las DO, DOCa, VT, etc.; ejemplos sabemos todos.
Quienes gustan de beber vino leemos, investigamos, visitamos bodegas; es nuestra afición, ¿qué porcentaje suponemos a las DO? Muy bajo en comparación a los que gustan de "saber" de vino, aquellos que padecen de Riberitis, Riojitis, los que se dejan llevar por una marca o los puntos de una publicación.
Las DO puede que estén muertas de cara a la calidad de los vinos, pero no como “industria”, y al contrario de lo que pensáis algunos, saben lo que hacen: vender su producto a la gran masa. Sacrifican a quienes crean calidad, y por ende, maltratan al vino y a los viticultores de verdad (lo que está pasando en Rueda, por ejemplo).
Hemos de reconocer que la sociedad se comporta como un rebaño de borregos. Entiéndaseme, si vamos a un bar y pedimos un plato de bravas, esperamos eso: un plato de bravas. Todo lo que se salga de la norma, es raro y extraño, de entrada genera rechazo, es más fácil quedarse con lo conocido que descubrir si ese plato es magnífico o un petardo. Con la cerveza y los refrescos pasa lo mismo, el bebedor no arriesga, y lo que es peor, no piensa arriesgar, ni para cambiar de marca de cerveza ni para probar otra bebida.
Las DO se han dado cuenta, lo han asimilado y ahí están los lineales de los supermercados como ejemplo. El que se salga de la norma, lo tendrá más difícil para vender, es lo que tiene el corporativismo.
Yo soy más negativo en este aspecto, las DO quedarán, salvo contados casos, como una marca más, mientras quien haga vino se acogerá a otras IGPs o creará la suya propia. Castilla y León está creando el reglamento de Vinos de Pago, y creo que en unos años oiremos el Pago de Nieva o el de Carraovejas. Para Rueda será la muerte, y para Ribera una herida sangrante.
PEDAZO ARTICULO..........................TOTALMENTE DE ACUERDO
Hola Lucas,
En EE.UU. me atrevo a pensar que el público es más crítico con todo y les gusta saber qué hay detrás de la botella. A fin de cuentas son los que escriben las publicaciones más interesantes sobre vino, y la gente tiene menos tapujos a la hora de probar y opinar. Por eso quizás resulta más difícil tratarles como ganado, que al final es lo que aquí ocurre.
Saludos y gracias por tus palabras
Hola Vicente,
Lo de Cava, antes o después tenía que ocurrir. ¿Cómo se sostiene una denominación de origen sin origen cuyo único nexo de unión es el método tradicional de elaborar?, no hay terruño, no hay suelos, y las variedades cada vez son más foráneas... crónica de una muerte anunciada. Al final quedarán los Codorniu y Cía. junto con Pata Negra, y poco más...
Un abrazo
Jose, como siempre en el clavo. Aun a riesgo de que algún despistado no haya visto la peli (excelente, por cierto), añadiría que "no saben que están muertos... y sólo ven lo que quieren ver"
Saludotes!
Toni,
Llevo meses con este texto iniciado, y no terminaba de redondearlo. El detonante fue precisamente que la mitad del jurado del ranking era absolutamente amateur y que jamás había pisado una cata. Sin más inquietud por el vino que la que yo pueda tener por el Ala Delta.
Sin embargo, probaron, juzgaron y eligieron lo que más le gustaba, que resultó ser muy alejado de lo comercial.
Igual peco de ingenuo, pero creo que, aunque no a la masa, al individuo sí le interesa esto.
Saludos!
Sibarita,
No me cuentes historias que cuando te pones tienes labia hablada, escrita y en morse si te pones.
Lo de Mateo, posiblemente coincida contigo, pero hay un puñado más de viticultores como Estévez, Pilar, Bernabé, Samuel,... y unos cuantos más que me lo ponen difícil.
Discrepo sobre los gustos de la gente en la línea que comentaba a Toni. Yo estoy harto de oir a amigos, compañeros, colegas de mi mujer, decirme... "es que los vinos que tú nos das no son como los que ponen por ahí, estos sí me gustan"... y te aseguro que no les saco La Tâche, sino vinos honestos, de esos que nos gustan.
Creo firmemente que no es necesaria formación para disfrutar de un buen vino, y lo que falta es exigencia, esa en la que tú eres tan riguroso pero de la que la mayoría de la gente adolece. De hecho me atrevería a decir que tu buen criterio con el vino es por que eres exigente en todo.
Si la mayoría fuera así en todo (inclusive a la hora de votar) otro gallo nos cantaría.
Mariano, gracias por tus palabras pero no buscaba el halago. De forma escrita soy muy negado, me cuesta.
Volviendo al comentario, cuando me refeiero a "formación" no me refiero obviamente a estudio, si no a una cultura mínina, interés, demanda de información, exigencia..; Pero para teer exigencia tienes que tener criterio y para tenerlo hay que saber al menos un poco. Para todo esto hay que tener cierta cultura
Obviamente que se puede disfrutar de un vino tener ni idea, por supuesto, es lícito y el consumidor no tiene obligación de saber, faltaría más.
Pero si sabes algo, tienes curiosidad, información y te arriesgas a probar cosas diferentes y demandassaber de por qué un vino es de una manera u otra, de donde sale y como, no solo podrás disfrutar sino cuidar tu organismo y eso, está por encima de beber vino.
También mis amigos en algunas ocasiones disfrutan de algún vino conmigo, lo comentan, les satisface pero al día siguiente, cuando necesitan vino, van a lineal y compran el ribera o rioja baratito y ya sabemos como suelen ser esos vinos.
Mi criterio es solo el mío, una opinión como otra cualquiera basada en probar y probar, cosas funestas y cosas interesantes, porque creo que esta es la única manera además de tener un mínimo de cultura.
Y que razón tiens con lo de votar, este país es "asín"
Mariano, yo nunca tuve la oportunidad de comentarte nuestras experiencias con la D.O. a la que pertenecemos, y leyendo tu post parece como si hubieses estado "espiando" y escuchando nuestras quejas.
Me siento totalmente identificada con tus reflexiones y justo este año hemos sufrido en nuestras propias carnes el rechazo de un vino, que a nuestro juicio, es el mejor que hemos hecho nunca y todo por que no tenía los parámetros de acidez exigidos por el Consello Regulador. Nos hemos negado a corregirlo mediante lo que ellos denominan "practicas enológicas legalmente establecidas" hubiera sido muy sencillo añadir lo necesario para para volver a pasar la cata, pero hemos elegido el camino más complicado, comercializarlo sin tirilla, con otra etiqueta, otro nombre "Silius" y bajo la sospecha de que no llega a la calidad estandarizada, sin embargo tenemos el convencimiento de que ese vino le dará a quien lo tome momentos mucho mejores que si se manipula y se uniformiza buscando las tipicidades de la zona.
Cuando un vino es fiel a su origen, cuando se ha empleado la mejor uva, la mínima intervención en Bodega y está "buenísimo" por qué se va a añadir algo artificial? Sería como falsificar lo auténtico, negar la singularidad, perder la capacidad de sorprender y si algo tienen de bueno los vinos es precisamente la posibilidad de aportarte diferentes sensaciones.
Leer este artículo me anima y me hace sentir acompañada en un camino que a veces te encuentras solo.
gracias!!!
(Retomo los comentarios)
Hola David,
Como yo veo dificil que el mundo del vino a gran escala se de cuenta de todo esto a corto plazo, sí me siento en la obligación de intentar divulgar las pequeñas cosas que se hacen bien.
Saludos!
Claro que sí, sibarita, pero también hay que hacer algo de autocrítica. Para que la gente tenga interés, hay que despertarlo, hacerlo atractivo, y muchas veces nos enrocamos en malolácticas y aromas de sotobosque que lo hacen algo árido. Una vez que has enganchado a alguien, yo soy más optimista, y creo que les cuesta más volver al lineal.
Todo suma (o resta)
A este lado, poco que añadir tengo, aunque yo sí creo que la espiral de bajada de calidad no es buena ni para ellos, que antes o después verán como desciende el consumo. Más si los buenos se van marchando...
Atrium, vuestra experiencia (y la valentía de contarla, sé que no es facil), añade un elemento contradictorio y terrible al tema...
A mí se me caería la cara de vergüenza si como técnico de una DO tuviera que aconsejar a una bodega "añadir polvitos al vino" para darle la "tipicidad" que me permita calificarlo, es tan absolutamente lamentable de debería de poder denunciarse ante alguna institución seria que velase por la salud del consumidor, si la hubiera, claro.
Sólo puedo felicitaros por vuestra valentía y animaros a seguir en la línea. No estáis solos.
(Por cierto, me gustó mucho vuestro albariño)
Hola Mariano,
¿Que sitios online recomiendas para comprar vinos fuera de las DO? En las tiendas que tengo a mi alcance solo hay vinos de DO.
¡¡Gracias!!
Hola Juan,
Me sería más facil orientarte sabiendo donde estás. En lo que a tiendas on-line se refiere, la más recomendable para esto posiblemente sea El Sumiller. Para referencias de Galicia muy recomendable también Juncal Alimentación.
En las tiendas físicas de Vid'i (Vigo) Reserva y Cata, Barolo o La Tintorería (Madrid), Monvinic y VilaViniteca (BCN) o Coalla (Asturias) también atienden pedidos a distancia y tienen cosas muy interesantes en esa línea porque hace tiempo que dejaron de guiarse sólo por lo que había en las DO's.
De todas formas, si buscas algo concreto o sabiendo dónde estás, igual te puedo orientar mejor.
Saludos,
Artadi se va de la D.O.Ca Rioja:
http://elmundovino.elmundo.es/elmundovino/noticia.html?vi_seccion=10&vs_fecha=201412&vs_noticia=1420022586
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