Las líneas que nos ocupan iban hoy dedicadas a otro tema, pero un terrible suceso me ha arrebatado las ganas de seguir escribiendo.
Esta mañana fallecía Nerea Pérez, sobrina de Raúl, un amigo, y también enóloga. Ocurría accidentalmente haciendo trabajos de bodega.
Desde esta humilde plataforma, y lamentando no poder estar allí en este momento, quiero reiterar a la familia mi más sentido pésame y un fuerte abrazo.
Tengo la fortuna de contar a muchos elaboradores de vino entre mis amigos. Todos ellos comparten una particular bonhomía, paciencia, generosidad y conmovedora pasión por su trabajo. Eso lo hace todo un poco más duro.
2 comentarios:
Sí que lo es. Que descanse en paz. Y que los que se quedan puedan superar estos momentos y seguir adelante, que es lo realmente importante ahora.
Tremendo. No hay palabras para describir un golpe de este calibre. Rezo por ella y por su familia.
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