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Si pienso en la región vinícola que más me ha sorprendido últimamente, no puedo evitar mencionar Portugal. Es como una pequeña caja de sorpresas donde el clima atlántico se combina con un rico patrimonio varietal, conservado de manera excepcional y sin sucumbir a las modas de alta producción.

Esta combinación, junto con una nueva generación de enólogos que han viajado y aprendido de los mejores, y una creciente conciencia ambiental que abraza la ecología y la biodinámica, nos ofrece un futuro prometedor para el mundo del vino.

Uno de los mejores ejemplos de esta tendencia es Vasco Croft y su proyecto Aphros Wines. Ubicados en Arcos de Valdevez, al norte del río Lima, en la región de Vinho Verde, se dedican principalmente a dos variedades autóctonas: la blanca loureiro (similar a la que se encuentra en algunos Rías Baixas de la zona del Rosal) y la tinta vinhâo (conocida como sousón en Galicia). Y es que las uvas no conocen de fronteras.

Aunque la región de Lima, donde se encuentran, es un poco más interior y menos húmeda que otras zonas de Vinho Verde, han logrado adaptar todas sus fincas al cultivo biodinámico, buscando restaurar el equilibrio natural del suelo granítico en el que crecen las viñas. Según Vasco, no se trata solo de hacer buenos vinos, sino de cuidar y devolver a la naturaleza lo que ella nos brinda, creando una conexión más profunda entre el hombre y la tierra.

Los vinos de loureiro de Aphros son muy florales y menos exuberantes en boca que los alvarinhos, pero poseen una mineralidad y una profundidad que tienden a mejorar con el tiempo, lo que les confiere una tensión equilibrada.

Recientemente tuve la suerte de descorchar una botella de su básico blanco, el Aphros Loureiro 2011, que había olvidado durante más de un año. Este vino, elaborado con sentido común y sin añadidos artificiales, ha evolucionado de manera maravillosa.

Inicialmente, muestra tonos verdosos que se han transformado en reflejos dorados, pero en nariz todavía se percibe la fruta fresca, con notas de piña asada, azafrán y un toque de miel de romero. En boca, es seco, vibrante y sabroso, con una acidez refrescante y una deliciosa frutosidad cítrica.

Además de su excelente calidad, el Aphros Loureiro tiene un precio muy asequible, lo que lo convierte en una verdadera joya para los amantes del vino portugués.

En cuanto a maridajes, este vino es muy versátil. Yo lo maridé con una Bica de Trives, un delicioso bizcocho tradicional gallego, y la combinación fue simplemente perfecta. La cremosidad y sutileza del bizcocho realzaron las notas de miel y fruta del vino, creando una experiencia sensorial inolvidable.

En resumen, Aphros Wines ofrece una selección excepcional de vinos que reflejan la riqueza y diversidad de la región de Vinho Verde, y el Aphros Loureiro 2011 es un ejemplo perfecto de ello.

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