El tiempo nunca me ha sobrado, pero lo de esta semana está siendo delirante, así que desde aquí pido perdón por los correos o comentarios que no haya podido contestar.
Es en esta tesitura donde uno se aprovecha de el trabajo de otros para coger un poco de aire, así que me tomo la licencia de recomendar un par de libros francamente interesantes para iniciarse en el pan y el vino.
Parece mentira, tantos siglos después de haberse inventado ambos manjares, que sigamos teniendo que iniciarnos, pero así es.
Los que me conocen o algunos meses atrás han seguido las sandeces que uno descuelga en twitter o facebook, sabrán que lo del pan me tiene emocionado, y han sido dos elementos los que me han hecho lanzarme a la práctica. Uno, la panificadora de Lidl- a la que yo llamo "los ruedines" de aprender a hacer pan- y dos, el libro de Xavier Barriga, llamado sencillamente Pan.
Miren, se trata de un monográfico que realmente anima a dejarlo todo y meter las manos en la masa con todo lo que ello implica. Sin rodeos, sin atajos y sin barroquismos, pero vendiendo- tan bien como lo hacen los catalanes- el disfrute que desde el minuto uno implica el jugueteo con harina, haciendo que poco a poco vaya uno evitando el miedo a ponerlo todo perdido de harina, a sufrir una larga espera y a terminar decepcionado por una masa informe que más bien se parece a un kebab de los de las cuatro de la mañana, y todo esto porque desde aquí me atrevo a afirmar que si hacen la receta paso por paso y con las medidas que se indican, sale. Y aquí está la prueba...
Y como no sólo de pan vive el hombre, pues pasamos al vino. Hace unas semanas, cortesía de Random House Mondadori, recibí un ejemplar de La Cata de Vinos, de Lluís Manel Barba. Empecé a ojearlo con la ceja arqueada del listillo que tras haber aprendido a conducir se lee el manual de la autoescuela, pero lo cierto es que me acomodé. Su presentación lo hace fácil y resulta ameno, por lo que, saltándome algún que otro aforismo, no tardé mucho en terminarlo.
El caso es que poco a poco fui pensando en lo que me hubiera gustado toparme con este libro al empezar en esto del vino, y no haber aprendido determinadas cosas a base de batacazos, o teniendo que acudir a autores extranjeros. Recuerdo que en su día el manual que más me aportó, y me enseñó que Rioja tan solo formaba parte del camino, fue el de Susy Atkins.
A ver, no va a ser todo maravilloso. El libro alberga algunos apriorismos clásicos y algo manidos, con los que no estoy en absoluto de acuerdo,- de hecho me escandaliza que hable de los chips como una forma ni tan siquiera aceptable de elaborar- pero en conjunto resulta un manual que invita a iniciarse al vino con la mente abierta, más allá de crianza, reserva y gran reserva, a mirar lo que se hace fuera de España, a la biodinámica o a Jerez, a quitarle un poco de la absurda sofisticación que rodea a al mundillo- que tanto daño hace- y sobre todo, a cultivar y defender el gusto personal, que al final es de lo que todo esto se trata.
Si lo leen, ya me contarán.
Aprovecho para enviar mi agradecimiento a todos los que pasan por aquí, pues en suma son los culpables de que esta humilde plataforma haya superado ya las trescientas mil visitas. Vale que uno no se focalice en las audiencias, pero siempre alegra el ojo... como lo hacen las visiones primaverales aunque uno esté felizmente casado.
14 comentarios:
Como sabes, los gallegos tenemos prohibido por ley hablar de an para que nadie fuera de Galicia se sienta menospreciado y tal... ;-))))
Ya me has provocado otra necesidad, la de ese libro sobre pan...
Pero que buena pinta por dios!!!!
Ostias el libro del vino es el de mi profesor de Viticultura jajajaja
Hola JL,
Qué ilusión verte de nuevo por aquí. Aunque todavía tengo que cogerle el punto a las fermentaciones, el libro es imprescindible. Te lo aseguro.
Nos vemos pronto.
Hola Tacones, mejor sabrá...
Hola Edy. Qué curioso, lo cierto es que yo no le conocía hasta que tuve el libro en mis manos, pero el trabajo es didáctico y muy interesante. Se nota la experiencia docente.
Si que tiene buena pinta, y bien acompañado estar mucho mejor.
Una pregunta/curiosidad para los que tenéis máquina panificadora: ¿El pan que obtienes es de corteza crujiente (digamos tipo horno) o es blandita (tipo pan "bimbo")? Donde esté una buena hogaza gallega con su cortecita tostada...
Jajaja, creo que ya te lo puse en otro comentario, el pan engancha ¡eh!
Este de Barriga no lo tengo, te recomiendo también el de Anna Bellsolà, "Pan en casa", y "Aprendiz de panadero" de Peter Reinhart. Dentro de nada arrinconarás la panificadora o la usarás solo para amasar. Bienvenido a la secta de los frikis del pan. Es mucho más fácil que saber de vino, que es mi gran asignatura grastronómica pendiente. Me parece tan difícil, no paso del me gusta o no me gusta. Y eso que mis amigos gallegos intentan ayudarme un montón. Un saludo. Esperanza.
Hola, Mariano:
Compartimos afición por los panes y los vinos. Aprovecho la ocasión para agradecerte la recomendación que me hiciste de vinos franceses y, por compensar, te aconsejo que hagas un prefermento antes de amasar: mira los detalles en www.elforodelpan.com
Saludos.
Donatus
Gracias Gin Tonic. Bienvenido.
Hola Miguel,
Te comento. La panificadora tiene su propio horno y permite regular el grado de tueste, pero al ser seco el crujiente no tiene nada que ver con el de horno normal con la técnica del "paño mojado".
Yo ya solo la utilizo para el principio del amasado (que es el que mancha) y el resto lo hago a mano y en horno convencional.
Saludos!
Hola Esperanza,
Sobre el pan, como ya decía en el comentario anterior, hace algún tiempo que me animé a "meter mano".
En cuanto al vino, no creo que sea necesario superar el "me gusta/no me gusta", el caso es poder definir qué es lo que te gusta y qué no, a partir de ahí se construye todo. Y los gustos, como todo, cambian y evolucionan. Ahí está lo emocionante...
Saludos!
Donatus, muchas gracias. Tomo nota!
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