Esta va a ser mi primera entrada a demanda, y es que aunque
no lo crean, hay personas que malgastan su tiempo enviando correos al
juntaletras que suscribe que, con gusto, trata de responder a todos lo antes
posible.
El caso es que en más de una ocasión se me ha preguntado por
vinos con los que conquistar, aproximarse a alguien o decirle que lo que se
quiere compartir es algo más que una botella.
Yo les aseguro que no hay nadie menos indicado que un servidor, tímido patológico, para enseñar nada sobre artes amatorias. De hecho sigo pensando que si hoy me acompaña la chica más maravillosa del mundo, es porque la suerte ha tenido mucho que ver. Pero como desde la barrera se ve todo con más claridad y es más fácil dar consejos, que además son gratuitos, he pensado, ¿por qué no?, y para ello he partido de unas premisas.
La primera, la presentación. Todo entra primero por los
ojos, y es que cuando el personal está en celo, lo estético adquiere una
relevancia esencial, por ello es fundamental que la etiqueta del vino en
cuestión, no haga daño a la vista. Imagínense si no una velada romántica
presidida en la mesa por Juan Martín "El empecinado" en la antigua
etiqueta de mi amigo Alfredo. Si si, el vino está muy bueno, pero la líbido
anda ya camino del sumidero.
La segunda, que el vino tenga algo que contar. No tiene
sentido la búsqueda de la botella perfecta si después uno no puede lucirse y
contar algo sobre ella. Siempre queda bien, y además servirá para romper alguno
de esos incómodos silencios que se producen en las primeras citas.
La tercera, que no se trate de un vino especialmente
complejo, extraño o cargado de matices, y eso aunque ambos comensales sean
absolutos expertos. Correríamos el riesgo de que el brebaje se acabara llevando
el protagonismo de la velada.
Tampoco debe ser un vino duro o difícil. Tras el viaje al
Piamonte, he vuelto enamorado de los Barolos, pero no se me ocurriría
recomendar uno para algo así salvo en casos muy particulares.
Considero poco recomendable servir o pedir un vino tremendamente
caro. Salvo que se puedan permitir bañarse diariamente con Dom Perignon y ese haya sido el gancho de su pretendida/o, sólo
pueden ocurrir dos cosas: que su acompañante no se dé cuenta y el dineral no le
luzca nada, o que sí lo advierta y le tome por un hortera. Además lo normal es
que por el pastizal invertido esté uno casi más pendiente del vino que de
la persona que tiene delante.
Pero claro, tampoco sean tacaños. Con un vino de tres euros del súper tienen muy pocas posibilidades de triunfar, porque el vino arruinará la cena, imagino que preparada con esmero, o en el mejor de los casos pasará sin pena ni gloria, y porque si quien les acompaña lo conoce (lo cual es muy posible si proviene de una oferta 3x1), no se sentirá en absoluto especial.
Pero claro, tampoco sean tacaños. Con un vino de tres euros del súper tienen muy pocas posibilidades de triunfar, porque el vino arruinará la cena, imagino que preparada con esmero, o en el mejor de los casos pasará sin pena ni gloria, y porque si quien les acompaña lo conoce (lo cual es muy posible si proviene de una oferta 3x1), no se sentirá en absoluto especial.
Tengan cuidado con los excesos alcohólicos de las zonas
cálidas, sobre todo si no conocen el nivel de tolerancia de su acompañante, yo
he visto cenas arruinadas por una jaqueca en la que algo tuvo que ver algún
supervino de Toro.
Opino que la tendencia ha de ser, salvo gustos muy
definidos, hacia vinos frescos, sutiles y sensuales, en los que la fruta
prevalezca sobre la elaboración. Aprovecho para advertir al personal masculino
que a la mayoría de las mujeres -expertas o no- (al menos en mi experiencia) no
les gusta la madera, así que no se pasen de parkerismos o pueden acabar
bebiéndose la botella ustedes solos, con todo lo que ello implica.
Y por último, como es evidente, el vino tiene que estar
bueno. Quiero decir, más allá de la perogrullada, que la situación óptima es
aquella en la que todo invita a tomar otra copa. Si han creado un ambiente
estupendo, una cena deliciosa, y resulta que el vino es tan concentrado y
empalagoso que resulta imposible acabar la primera, no malgasten más su tiempo,
pidan la comida en un tupper y cada uno por su lado.
Siguiendo las premisas que yo mismo he marcado, y aunque no
suene muy patrio, porque el amor no entiende de fronteras, tengo que recomendar
un Riesling. En Weingut Karp-Schreib hacen un Spatlese que cumple con todo lo
que necesitamos. Resulta fresco, facil de beber, muy poco alcohólico (nueve
grados), invita a seguir bebiendo por su buena acidez, y su dulzor residual lo
hace accesible y enormemente disfrutable por cualquiera. Encima su RCP (16
euros en tienda) es difícilmente igualable y les permitirá hablar y disfrutar del exotismo
de un vino alemán.
Ahora pongámonos en el lado contrario, tienen ustedes
enfrente a un/una riojista patológico/a (que los hay, sobre todo en el tercio
norte) y cualquier otra cosa que les pongan delante lo considerarán una castaña
y, casi, una afrenta. Pues miren, el otro día probé una de las niñas mimadas de
Finca La Emperatriz llamada Terruño 2008 y me sorprendió muy gratamente por su
frutosidad, muy fresca, con la crianza en segundo plano, y su carácter salino y
mineral. Además por su presentación resulta vistoso y nada manido.
Si quien le acompaña ya va algo avanzado en esto del vino, seguro que sucumbirá ante los encantos de Borgoña. Yo les propongo uno facilito y divertido como este Bedeau Bourgogne 2008, elaborado por Frédéric Cossard en Saint Romain. Una maravilla de frescura para trago largo con la complejidad y la sutileza de la pinot noir. Además pueden presumir de un vino procedente de cultivo 100% biológico por menos de 25 euros y acabarán la botella fijo.
Y como las burbujas nunca fallan, les daré dos opciones. Una es irse directos a Champagne tratando de no caer en los engaños de supermercado. Si quieren sorprender de verdad con la versatilidad para abarcar todo un menú, Drappier hace un pinot noir (siento insistir con la misma variedad, pero tiene una sensualidad difícil de igualar) que les hará disfrutar un montón y permitirá contar mucho de su elaboración, tanto por proceder de uva tinta pese a ser blanco, como por ser un zero dosage, es decir, sin adición de licor de expedición. Ronda unos 30 euros.
La segunda opción, reduciendo el presupuesto a la mitad, es el excepcional Cava Rosé Brut Nature Gran Reserva de Carlos Esteva (Can Rafols Dels Caus). Complejo, seco, con muchos recuerdos de pomelo y granada, burbuja muy integrada y una muy buena acidez. Una delicia por unos 16 euros. Lo único que aquí nos saltamos una de las premisas, la etiqueta, aparte de fea, es negra satinada y repele las fotos.
Aunque retomaremos esta sección, creo que ya tienen
suficiente para ir preparando su cita.
13 comentarios:
Jajajajaja, no veas lo que me reí con lo de la etiqueta del empecinado.
Parece mentira para ti, un galleguiño de pro que no haya ninguno en ese listado con las posibilidades tremendas que hay en tu tierra.
Me atrevo a recomendar uno que descubrí recientemente AS FURNIAS 2010
No si tienes razón, lo que pasa es que cuando preparaba el post me salieron 15 vinos y había que reducir un poco... pero no pasa nada porque habrá secuela.
Por cierto, ando detrás de As Furnias, de hecho el otro día casi consigo ir a verles. Ya te contaré.
Pero que crack eres!!!!
Eso si, conmigo...... complicado ;)
Para los que hemos caído en la trampa de la monotonía. Necesitaba esta receta de vinos. Sólo conozco, y de oídas el "Finca La Emperatriz".
Felicidades por el Post; el problema que le veo al Drappier ye que en mi caso tendría que pedir 2 botelles porque una sería pa mi solo, ye que soy un egoista: http://www.elgaiterodelcabodelamuerte.blogspot.com.es/2011/01/noche-de-reyes.html
Saludos,
Carlos,
Mariano, sensacional entrada, ¡sí señor!
El riesling, sin duda un acierto (te recomiendo el de Waipara Springs - Nueva Zelanda).....los vinos de Carlos Esteva, incluso además del delicioso rosé (por cierto, una bodega con una visita fabulosa)....y para sorprender, dentro de un orden no exagerado de precio, vinos de Bodegas Hipano Suizas (Utiel-Requena).....
Lo dicho, buena entrada.
Saludos.
FERNANDO SYRAH
http://vinogastronomiayviajes.blogspot.com
Oye Isabel, igual con las burbujas...
Pues pruébalo Dante; porque estámuy bien hecho, y no dudes en darle a la pinot noir porque no te fallará.
Algo parecido me pasa a mi Gaitero, de hecho con un Andre Clouet vivi una cosa similar...
Gracias Fernando!
Coincido con el nivel de hispano-suizas aunque los precios de sus cavas hacen pensar en dar el salto a champagne, no crees?
Me encanta la nueva imagen de tu cibercasa. Es la primera vez que siento algo de envidia al ver uno de estos cambios de look. Tal vez en mi caso, ya haya alcanzado la suficiente "solera", como para pensar en una renovación.
No hace mucho, en una cata de Gramona, confesó que había comenzado su Sauvignon Blanc sinedo joven con el exclusivo objetivo de ligar. Un vino frutal y accesible que "rebajara barreras". No nos comentó los resultados obtenidos...
Muy buen artículo. Me he divertido bastante. La verdad es que elegir un buen vino en determinadas situaciones puede ser el detonante de una buena noche de... bueno, ya nos entendemos.
Tengo que decir que a mi me ha funcionado bien, ya en un par de ocasiones, la elección de un rosado en vez de un tinto, entra más ligero y alegra muy rápidamente. Concretamente ya me he hecho casi socio honorífico de Pagos de Araiz, porque el rosado que hacen siempre me funciona. jejeje Rosado de pagos que abro en cita romántica en casa mujer que acaba en el catre. jejeje No sé, está muy rico, tiene un color atractivo y la etiqueta es moderna. Supongo que también influye que el vino vaya con tu personalidad. Os dejo aquí el enlace donde lo compro yo, es el lugar más barato que he encontrado.
Publicar un comentario