Antes de nada y por si alguien quiere pasarse, nuestro blog paralelo ha renacido con nueva entrada y recién estrenado formato.
Por otro lado, hace ya algunas semanas, apuntábamos el proceso de reinvención que está sufriendo la
restauración en el entorno actual de recesión económica, tendente a convertir
en ocasiones el clásico formato de mesa, mantel y sobremesa por el tapeo ágil y
desenfadado, que permite al comensal ahorrar algunos euros sin perder calidad y
al hostelero que hace bien las cosas, obtener un mayor rendimiento de cada
metro de local por la rotación de clientela.
A muchos le vendrán a la cabeza, en sus respectivas
ciudades, esas innovadoras barras y mesas altas con clásicos de la tapa
renovados y multitud de variedad en vinos por copa. Llenos a abarrotar las
noches del viernes y el sábado.
Evidentemente esto es una adaptación al medio, aunque no
necesariamente un modelo nuevo, pues tiene sus precursores y uno de los más
afamados es Taberna Laredo.
De veras que me encantaría que las siguientes líneas
versaran sobre este atractivo lugar, pero tras varios meses intentando reservar
una mesa sin éxito, y siendo uno enemigo atroz de liarse a codazos en una
barra, empiezo a dar mi visita a este lugar por imposible.
Sin embargo en los aledaños de Laredo, concretamente en la
castiza calle Menorca, muy cerquita del Buen Retiro, se han ido sucediendo una
serie de interesantísimas propuestas en la línea de lo antedicho. Una de ellas
es un minúsculo y coqueto local de dos
pisos que se hace llamar La Catapa, en el que nos refugiamos el pasado sábado,
despechados por Laredo.
Aparte de la barra del piso superior, encontramos una sala
con tres mesas (no exagero, tres) donde disfrutar de la propuesta, consistente
en una pequeña carta de raciones, la mayoría clásicos, completada por una
interesante oferta de mercado y una oferta de vinos completa y a precios muy
atractivos.
Como queríamos probar muchas cosas optamos, donde era
posible, por el mundo de la media ración. Gran invento y menos mal que el
amable camarero recortó un poco nuestras pretensiones porque hubiéramos salido
de allí en carretilla.
Comenzamos por un aperitivo de salmorejo con ventresca. Es
un plato que no sorprende, pero puede ser una delicia o el más absoluto
desastre en función del producto y su ejecución. Aquí nos encontramos con lo
primero, un salmorejo perfectamente equilibrado y muy cremoso. Sin duda pasó
por el chino más fino. La ventresca de primera y el conjunto fantástico.
Seguimos con unos estupendos berberechos de los que pese a
su indudable calidad, disfrutó por afinidades más mi Santa que un servidor.
Seguimos con unas croquetas de patata y trufa correctas sin
decir demasiado.
Bien los bocaditos de merluza, pero falta afinar un poco
para alcanzar los niveles de ciertas freidurías.
Y rematamos con un soberbio steak tartar, con una carne
fresquísima, cortada a cuchillo y con el punto justo de aderezo, sin excesos
más allá del gusto del comensal.
La carta de vinos, pequeña pero acertada, puso a nuestro
alcance un blanco mallorquín llamado Quíbia, cuya existencia desconocíamos, elaborado por el
equipo de Anima Negra. Tras investigar un poco, me entero de que se trata de un
coupage de premsal y callet (60-40%, creo) elaborado sobre nieve carbónica, con
maceración en frío, creo que algo de lías y sin rastro de maderas que se lo
hubieran cargado. Bien
Muy floral en nariz, limpio, con algo de fruta blanca y
en boca, frente al carácter cálido que se pudiera esperar en un vino de las
islas, resultaba fresco, alegre y ágil, con nervio. Cerrando en corto pero con
elegancia. Versátil con todos los platos, aunque se creció especialmente con
las notas yodadas de los berberechos.
Muy bien los postres, donde optamos por dos clásicos. Tanto
el arroz con leche como el tatín de manzana con helado estuvieron a la altura.
La cosa se resolvió alrededor de unos razonables cuarenta
euros por persona
Ahora, si van a la calle Menorca, ya saben que el mundo no
termina en Laredo.
14 comentarios:
Hola mariano
Se que hablar de dineros no es de caballeros, pero la situación obliga. El sitio tiene una pinta excelente, y seguramente en mi próxima salida nocturna convenza a mis amigos a dar una vuelta por ahí. Para no perder a la vez amigos y cartera, ¿por cuanto sale el cubierto?
Saludos
Vicente
... y es que a partir de determinada edad deja de tener gracia la voz de "al fondo hay sitio". Huelga decir que yo por no tener, nunca tuve ni edad de merecer ;-)
Saludos,
Jose
Hola Vicente,
Como digo al final de la entrada, si uno no se priva de nada la cosa sale por unos cuarenta euros. Desde ahí - moda impone- siempre pueden hacerse recortes.
Saludos!
Jose, aunque siempre certero, te ha faltado la coletilla...
- Al fondo hay sitio JÓVENES!
Yo soy de tu grupo, pero traido al caso me parece imprescindible la columna de hoy de Alvite...
http://www.larazon.es/noticia/2877-prostata-y-sabiduria-por-jose-luis-alvite
Saludos!
Cierto Mariano. Es lo que tiene leer cosas importantes a esas horas de la mañana, o tal vez el subsconciente que trata de eliminar lo suprefluo. En cualquier caso, muy razonable, habrá que programar la visita.
Saludos
:-)
Las n-mil temporadas de "Cuéntame" se justifican el día en que Antonio Alcántara le dice a uno de sus hijos que uno se hace mayor cuando empieza a mirar dónde pisa ;)
Saludos,
Jose
De qué añada era el quibia?. Yo no tengo no idea de los precios de Madrid pero por el tipo de local, lo q habeís comido y bebido, 40 € me parecen bastante.
De qué añada era el quibia?. Yo no tengo no idea de los precios de Madrid pero por el tipo de local, lo q habeís comido y bebido, 40 € me parecen bastante.
Hola Jorge. Me atrevo a decir que era 2010, pero no a asegurarlo. Con lo fresco que estaba podría haber sido un 11 tranquilamente.
Me gustaría que mis compañeros "gatos" lo confirmasen, pero a día de hoy pagar menos por cocina y materia prima de calidad en la Villa y Corte es un auténtico hallazgo.
Aquí todavía no he encontrado un Canteli ;)
En esta santa (jodida) ciudad, en cualquier VIPS de medio pelo te cobran 39.9 EUR sin despeinarse... Vamos, que confirmao ;)
Saludos,
Jose
He estado un par de veces en la catapa, es un sitio agradable con uan carta de tapeo interesante y unos cuantos vinos a un precio razonable. Las dos veces han sido por no encontrar sitio en la taberna Laredo lo cual me lleva a preguntarme si no es interesante ponerse al lado de un superventas.
Bien visto Pedro. Igual es una idea de negocio...
Anónimo, no acepto un comentarios de contenido ofensivo si no van asociados a una identidad.
Si se identifica estaré encantado de contestarle y de saber en qué he podido molestarle para repararlo si es posible.
Ironías de la vida estuve el pasado martes 15 de mayo en el restaurante-taberna y se mudan al local de la Taberna Laredo a finales de junio. La taberna se va a un sitio más grande cerca (creo que en Duque de Sesto). Gracias por la recomendación. Estuvo todo muy bien.
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