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Si les cuento ahora la receta de un cocido, un plato que adoro, seguramente resultaría tedioso, ya que está ampliamente documentado y hay muchas versiones disponibles en la web. Sin embargo, ¿quién no ha tenido sobras de cocido alguna vez? ¿Quién prepara cocido solo para una comida? ¿No resulta monótono que el cocido recalentado tenga el mismo aspecto que el día anterior?

Con este propósito, retomamos esta sección para darle una vuelta de tuerca a los restos de un cocido y crear un pequeño menú degustación, elegante y económico, para hacer frente a la crisis.

Aunque adoro la sopa de cocido, esta vez la sustituiremos por una crema de cocido elaborada con la verdura y los garbanzos, ligada con el caldo reservado. Su preparación solo requiere la habilidad mínima para manejar una batidora.

Para darle un toque decorativo, podemos cortar finas láminas de chorizo cocido y gratinarlas en el horno sobre papel sulfurizado. Además, no queda mal añadir un chorrito de aceite de oliva virgen y unos kikos ligeramente desmenuzados.

A continuación, utilizaremos el pollo cocido para preparar un tartar de tomate, pollo y aguacate. Esta idea surge de la costumbre de acompañar el cocido con una ensalada de tomate. Es tan sencillo como escaldar, pelar y picar el tomate, y mezclarlo con el pollo picado, sazonando con alcaparras, salsa perrins y un toque picante, si se prefiere. Por otro lado, machacaremos el aguacate con un tenedor, añadiendo limón, cilantro picado y aceite de oliva virgen.

Luego, montaremos el tartar alternando capas de aguacate y pollo en un molde. Decoraremos con cebolla frita y acompañaremos con una cucharada de chutney de mango, si se desea.

Dado el carácter potente de la crema de verduras trituradas, el chorizo y el aguacate, recomendaría acompañarlo con un blanco bien evolucionado pero sin madera, como los portugueses. Una manzanilla o un jerez seco también son excelentes opciones.

Para aprovechar las carnes del cocido, pensé en preparar una especie de ropa vieja salteada, pero con un toque oriental, introduciéndolas en papel de arroz para hacer unos nems de «ropa vieja». Picaremos finamente las carnes, sazonaremos con salsa teriyaki y saltearemos en aceite de oliva. Mientras tanto, hidrataremos las obleas de papel de arroz y las rellenaremos con la carne y unas hojas de menta. Podemos hornearlos durante unos minutos para que queden crujientes y acompañarlos con una ensalada de tomate.

Para maridar este plato, opté por un vino leonés de la variedad prieto picudo, que se expresó maravillosamente en este Peregrino Roble 2006 de Bodegas Gordonzello. Con aromas de ciruelas maduras y notas tostadas, en boca es ligero pero con taninos firmes y buena acidez, dejando un posgusto fresco y frutal.

Con estos pequeños ajustes, podemos transformar las sobras de un cocido en un menú degustación original y delicioso, que hará las delicias de cualquier comensal.

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