Soy un tipo básico, y en muchas ocasiones un blanco perfecto para la publicidad directa y, por supuesto la subliminal. No es raro que tras ver un anuncio, una receta televisiva o alguna peli sobre cocina, me vea inmediatamente inclinado a emularlo de alguna forma.
Precisamente eso fue lo que me ocurrió anteayer después de disfrutar de esa gran película que es Comer, Beber, Amar de Ang Lee. Aparte de un interesantísimo relato sobre la familia y el nido vacío, es un poema a la cocina tradicional china. Y como no, tras haber visto removidos mis jugos gástricos hasta el final del largometraje, fui corriendo a la cocina buscando ingredientes para algún plato oriental.

Lo único más o menos practicable que encontré, fue un paquete de fideos chinos de esos instantáneos con aromas de gambas y unas setas shiitake, alrededor de los cuales giraría la elaboración de una especie de Udon (Sopa) inventada sobre la marcha.
Salteé en el wok las setas con una cebolla en tiras finas, pero sin añadir sal, con el objetivo de que no soltaran demasiada agua, y además teniendo en cuenta que después íbamos a usar salsa de soja.
Con un par de minutos era suficiente. Retiramos entonces parte del salteado y reservamos en un plato.
Sin apagar el fuego añadimos al wok más o menos un litro de caldo de pescado. Yo empleé el de la merluza del otro día, pero se puede utilizar uno de brik. Cuando empiece a hervir añadimos 2-3 cucharadas de salsa de soja, una cuharada de café de jengibre molido y los sobrecitos que vienen con los fideos.
En cuanto vuelva a hervir, retiramos la espuma que haya podido formarse en la superficie y añadimos los fideos, que, una vez hidratados, separaremos con un tenedor. Y cocinados éstos el plato está listo.
Servimos en los cuencos y añadimos las setas y cebolla que habíamos reservado. Yo incorporé también huevo cocido, unas hojas de lechuga sin fibra, que cogen con el caldo un punto muy bueno, y unos dim-sum que había envasado al vacio y guardado en el congelador de la última vez.
Evidentemente, no son imprescindibles, pero le dan mucha gracia al plato. Simplemente cocinados al vapor e incorporados también al cuenco.
Y la mejor forma de comer esta sabrosa sopa es combinar los palillos para los sólidos junto con la cuchara de cerámica para el caldo.
Está mal que yo lo diga, pero quedó un plato muy sabroso y que aplacó el hambre que nos había dado el peliculón.
Y para acompañarlo tenía pocas ganas de complicarme la vida, la verdad, y entonces encontré en la nevera de Marqués de Vizhoja 2008 que alguien me regaló. Para los que no lo conozcan, se trata de un blanco elaborado en la zona de Rias Baixas, pero que nació con anterioridad a la D.O. Por eso y porque se compone de variedades autóctonas entre las que está la albariño, pero no en exclusiva, conserva su categoría de vino de mesa.

Los que sí lo conozcan, posiblemente se pondrán estupendos y me criticarán. Yo tengo cierto respeto por esta bodega, que fue una de las primeras marcas decididas por elaborar un producto refinado y con vocación de salir de Galicia, y también de España, por lo que su producción es elevada, pero creo que es honesto en su precio (unos 4 euros), sin grandes aspiraciones, y que da lo que se espera de él, ni más ni menos. De hecho hacía muchos años que no lo probaba y permanece casi tal y como lo recuerdo.
Es un vino muy clarito, de poco grado y concentración, nariz discreta, sensaciones cítricas y florales en conjunto, con una acidez muy refrescante y recuerdos de yogur de limón. Un vino para comer y no para catar, pero que acompaña bien sin molestar a multitud de platos, y entre ellos esta fantástica sopa cuyos variados e intensos aromas hubieran chocado de frente con otros blancos de más concentración.
15 comentarios:
Ese vino con esa producción seguramente no será muy fiable en su elaboración pero es innegable que es un vino resultón que sale facilmente al paso.
Me hace mucha gracia cuando oigo "a mi el albariño que me gusta es el M. de vizhoja", en fin, cosas que pasan..
Marques de Vizhoja (es decir Condes de Albarei S. Coop.) es, probablemente, el "albariño" mas vendido de la historia de Rías Baixas... y ni siquiera es albariño. De hecho esto y la Coca-Cola deben ser las dos cosas de beber cuya formulación es mas secreta...
Dicho esto, el homenaje asiático parece que fue memorable ¿eh?...
Ya sabía yo que las cosas iban a tirar por aquí,...
Sibarita,
Creo que lo has descrito bien, sale al paso en su precio sin dar más ni menos.
José Luis,
Este vino lo ha puesto mi vena provocadora, je je...
No sabía que era de tus amigos de Condes de Albarei. En cualquier caso, uno sabe lo que compra y, sobre todo, debe saber lo que paga. Quiero decir que pagar cuatro euros por un refresco que no dice que es un borgoña está bien, pero pagar diez por otro que se erige paradigma de la variedad en su zona es otra cosa...
Cada una en su sitio.
Decir además, que Contraaparede o Leirana están muy ricos, pero hubieran quedado vapuleados por el componente especiado de la sopa y es además, un alimento que pide, por su elemento acuoso, poco vino, por lo que basta con uno que no estorbe, y punto...
Cierto, todo eso es cierto...
Lo que mas me ha fastidiado de cosas como "El del Rodaballo" es ese sentido cuasi bíblico que quieren darle al vino... como si criticarlo fuese "auto de fe" y demostrativo de antigalleguismo... ¡es lo contrario! lo antigallego es decir que esto es "bandera" de nada mas que de una operación comercial...
No estoy diciendo, faltaría mas, que sea tu caso... para nada... Es una de esas reflexiones burras que me salen naturalmente...
Mi habitual caracter tranquilo y reflexivo, ya sabes ;-))))
Por cierto, por si no lees el correo pero si el blog; que si, que todo OK... y llevare dos en vez de una... mas vale que sobre...
Pues este vino era el que casi siempre teniamos es casa para esas cenas de los viernes, hechas deprisa y corriendo, y a las que acompañaba muy bien.
Peeeeeeeeeero, lo volví a comprar el otro día, y la verdad es que me llevé un buen chasco. Me recordó a un zumosol.
Supongo que será culpa de los Louzanes y demás degeneraos que últimamente frecuento. :)
pues uno que va a hablar de la comida que el vino es muy aburrido :-D
vaya pinta tiene ese plato, nunca me meti con nada oriental y esta seria una buena ocasion.
muy buena pinta si señor
Jose Luis,
Nos hemos entendido. Je je.
Por lo demás, ok.
Compangu. De acuerdo. Pero ten en cuenta que también tiene casi el precio del zumosol hombre. Los hay que venden a 12 euros cosas similares....
... y cómo cambia el criterio después de probar cosas buenas ¿eh?
Antonio,
Con la técnica que tu tienes, esto no te dará ningún problema. De hecho seguro que puedes rizar el rizo (no iría mal con tus yemas congeladas... ;)
Yo más bien diría que hiciste un Ramen de Udon no?
No se si estás muy puesto en ese plato tan tradicional japones, que puede hacerse con distintos tipos de fideos e ingredientes (pescado, carne...) y puede llegar a ser más contundente que un plato de fabada o cocido.
Te invito a que investigues un poco, seguro que te fascina!!!
Besos
... o sopa de fideos. Pues también tienes razón.
Precisamente hoy lo voy a intentar con ternera. Ya me dirás si ha pasado algún plato de estos por tu flamante olla-presión ;)
Ni por mi flamante olla a presión ni por mi estómago (ya sabes que yo soy muy rarita)
Eso si, Javier (pensando en la luna de miel) ya ha dado cuenta de alguno que otro
Ya sé que mi comentario puede parecer ligeramente redundante pero no me resisto a comentar que en muchos restaurantes se etiqueta al Marqués de Vizhoja como Albariño y numerosos clientes lo consideran de esa categoría.
Mucho ha triunfado ese vino en las bodas...
Francisco,
Si albariño no se puede decir que no sea porque algo tiene. Lo que no tiene es la Denominación de Origen que es otra cosa distinta. Lo de los vinos de las bodas es un capítulo aparte que algún día tocaremos.
He ido a bodas muy caras, con restaurantes de renombre detrás y me cuesta recordar alguna en la que se sirviera un vino que pasara del aprobado raspadito...
Por cierto, me han gustado mucho tus cientos de blogs.
Saludos,
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