domingo, 12 de julio de 2009

Kyoto: cocina oriental para impacientes

Tras un rosario de decepciones y batacazos gastronómicos en los aledaños de mi morada, que ya comenté alguna vez, este fue el primer restaurante decente que encontré (luego vinieron Strogonov y El 27). Pero te sirven tan rápido que hasta que me lo he propuesto seriamente, no he conseguido documentar un reportaje en condiciones, y por eso no hemos hablado de él hasta ahora.

Kyoto es uno de esos orientales-chic, que ahora están tan de moda, y que suelen combinar una decoración modernilla y algo minimalista con una oferta gastronómica que viene a ser un popurri de las cocinas de los distintos restaurantes orientales que podemos encontrar, a saber, china, japonesa, tailandesa... Los hay mejores y peores, y los hay baratos y de atraco a mano armada con nocturnidad y alevosía. Este, a mi juicio, está bien en ambos aspectos.

Y es que el otro día (¡ojo! Antes de que empezara con la dieta), tras haber leído un interesante reportaje en Metrópoli sobre el pato laqueado, me entró un antojo incoercible de dicho manjar; y como la vida son dos días, y la cuarta parte nos la pasamos trabajando para pagar impuestos, había que darse el gustazo, así que allí nos fuimos.

Por primera vez (y creo que es la cuarta que visito este lugar) teníamos las ideas claras, pues la carta es extensísima: sashimi variado para empezar, que a mi novia le priva, y pato laqueado, (mínimo dos personas) acorde con mi antojo gestacional.

Primero sirvieron el sushi variado, compuesto de diversas piezas de distintos pescados con su arroz, y en el que podemos encontrar atun rojo, salmón, huevas, pez mantequilla, langostino y otro bicho que no sé lo que era pero estaba muy rico; en cualquier caso, sé que no era pez globo mal cortado porque han pasado tres semanas y sigo con vida. Todo ello, por supuesto con su jengibre y wasabi.


El problema, como dije más arriba, son los tiempos, y es que deben tener unos catorce camareros por comensal que, como no son españoles, son incapaces de estar desocupados y no te dejan en paz. Antes de que hayas terminado un plato te traen el siguiente, antes de que termines tu copa ya te la han llenado otra vez y, - hagan la prueba – antes de que el cubierto que se te ha caído, entre en contacto con el suelo, Jet Li ya lo ha recogido por tí. Por eso me centré en comerme el sushi antes de que se lo llevaran y no lo pude fotografiar, pero era muy vistoso (el de la foto es el más parecido que he encontrado en la red).

Mientras forcejeaba por comerme un trozo de jengibre (que por cierto me encanta), apareció un montón de gente con un carrito con el pato y lo que parecía un equipo de material quirúrgico: el numerito del pato laqueado acababa de empezar.


Jo, mola un montón. Primero le van retirando la piel, que es muy crujiente, la cortan y rellenan con ella una especie de crepes que después sazonan con una salsa ligeramente dulce y aromática. Son ligeras y están buenísimas.

Seguidamente, cuando estás masticando el último trozo de la última crep (seguro que tienen un nombre técnico), alguien que, sin duda, te estaba observando, te trae la sopa. En realidad por el aspecto se parece más a un gazpacho, aunque el sabor no se parece a nada conocido, agridulce y muy especiado, y en su interior hay pato (como no), verduras y noodles. Es muy sabrosa y, aunque empiezas a estar lleno, no puedes evitar terminártela.


Pero todavía no te la has terminado y aparece el último plato, pato salteado con verduras. Pese a no tener ninguna complicación, también está muy rico. Porciones magras y muy tiernas del ave junto con verduras crujientes, con una salsa ciertamente agradable.


Acabamos por los suelos y fuimos incapaces de terminarnos el último plato. Teniendo en cuenta eso, junto con que aquí (al igual que en la mayoría de los orientales de verdad) los postres carecen de interés alguno, no pedimos nada más salvo un café.

Acompañamos la velada, eso sí, de un Idrias Merlot 2007, rosado cuya nariz me llevó a revisar inmediatamente la contraetiqueta para constatar que, efectivamente, tenía una crianza de un año en barrica; y aunque empezó marcando un poco la madera, no tardó en sacar fruta conforme fue acercándose a su temperatura, y pudo con todo el menú sin desfallecer. Con una acidez muy refrescante y un cuerpo muy serio, acompañó mucho mejor a la comida de lo que lo hicieron ciertos blancos por los que en otras ocasiones nos decantamos. Un vino diferente de esos hechos para comer. Grata sorpresa.


Por cierto, decir que la carta de vinos no está mal, aunque los precios, si bien correctos en unos casos, se veían extrañamente desproporcionados en otros.

En total sales a unos treinta y tantos euros por persona y, sobre todo, muy lleno, pero al día siguiente te apetece volver.

Kyoto
C/ Cordel de Valadolid 4
Collado-Villalba
918519488

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Aqui en Barcelona también hay un oriental de esos que no te dejan acabarte el último bocado, Qué importante es el tiempo en un rstaurante, es casi musical... ni demasiado lento ni demasiado rápido.

Gran reportaje y gracias por la recomendación

Sibaritastur dijo...

Pues me parece barato a treinta y pico, teniendo en cuenta que son raciones abundantes y estan buenas.
Una pregunta de un ignorante, dices que la foto de arriba es de sushi?, pero este no vinen montado con arroz y en el medio el ingrediente?.

Mariano dijo...

Hola Arroz,

Efectivamente, no valoramos el tiempo cuando se maneja bien, pero cuando se hace mal te puede destrozar una comida excelente.

Gracias a tí por el comentario.

Mariano dijo...

Hola Sibarita,

El precio está bastante bien.

Me has cogido un gazapo je je. Como ponía al principio, lo que pedimos fue sashimi. Aunque si no me equivoco, "sushi" se le llama a todas las preparaciones a base de pescado crudo, y dentro de eso tenemos la elaboración más conocida que tú comentas del pescado envuelto en arroz y alga nori que son los "maki".

Pero es posible que me equivoque, soy un amante de la cocina japonesa, pero no un entendido. El caso es que a mí ese alga me resulta algo amarga y creo que tapa mucho el sabor del pescado, por eso tanto mi novia como yo solemos preferir el sashimi, que, desgraciadamente y como es lógico, suele ser más caro.

Saludos,

Anónimo dijo...

9-11-2013 ha pasado tiempo desde tu post, pero, serrana yo y aburrida un frío y ventoso sabado de noviembre, me puse a mirar un sitio algo divertido donde cenar x aquí... Asi que después de leer tu entrada sobre el pato laqueado decidí ir a probarlo porque he ido muchas veces al Kioto (tomamos sus menús especiales, sus bandejas de sushi, su menu diario, etc etc) pero allí nunca lo pedimos! Gracias! , a pesar de que algunas cosas han cambiado bastante en el Kioto, ese pato está fenomenal (q buena la sopa! qué llevará???). Por lo demás. como tomamos sushi tb de aperitivo, pedimos el vino blanco para el sushi (Oroya creo...) que nos gusta mucho bien frío, y tampoco postre (coincidimos tb contigo en ese punto) solo un licorcito que nos invitaron. Salimos a 30€ per capita, Así que repetiremos plato. Ah! y los detalles freak del sitio nos divierten siempre (pero hay que ir "de humor") como la atención excesiva de la que hablas... (aunque hasta eso ha cambiado tb. ...). Recuerdo hace años nos gustaba el look manga de los camareros por ej., por contar una frivolidad divertida. Bueno, pues eso, que decidí escribirte al volver del restaurante porque coincidimos con tus valoraciones y allí lo comenté con mi pareja. .Saludos!
Fdo: un vecina de la zona.

Vinos y lugares para momentos inolvidables

Galicia entre copas, SEGUNDA EDICIÓN

Licencia de Creative Commons

Puedes comprarlo on-line en...

Visitas

Seguidores