El pasado fin de semana nos reunimos en torno a unas cuantas botellas y sus viandas, y dada la extensión del evento y que esta vez sí me llevé la libretita, se me ha ocurrido la posibilidad de comentarlo dividido entre los dos blogs, así que empezaremos aquí con los más accesibles.
El primero en caer fue un curioso albariño que encontré mientras desarrollaba labores de prospección en Las Añadas de Pontevedra, un monovarietal portugués llamado Rolan (etiqueta negra) en su añada 2004. Los 8 euros que me costó permitían experimentar. A la vista apareeció con un bonito amarillo dorado revelándonos su edad. Impresionante y viva nariz de hidrocarburos, fruta blanca madura, frutos secos (nueces), crema tostada, ciertamente complejo. En boca era envolvente y ciertamente largo, con buena acidez todavía, pero ya en caida libre. Retronasal intensa y muy frutal al inicio que remata , de nuevo, en frutos secos. Lo cogimos justo en su momoento. Qué buenos son a veces los experimentos.
Seguimos con este Mengoba 2007, blanco del Bierzo elaborado con godello y doña blanca, pero sin paso por madera. Se mostró con un amarillo pajizo claro, algo verdoso. A diferencia de lo esperado, en nariz revelaba aromas muy vivos de cítricos, melocotón y un fondo de lías de cierta intensidad.
De nuevo sorprendía su buena acidez en boca, frente a lo que suele ser la godello en esta zona. Agradable y corpulento, aunque de recorrido algo corto. En retronasal se imponían las frutas de hueso y, de nuevo, las lías, algo excesivas para mi gusto. Un vino interesante en conjunto con un precio muy variable según dónde lo compres, pero que no debería superar los 12 euros.
Nos acompañaron en este inicio los mejillones como puños que nos trajo Rodri, y que Adrián preparó en un finísimo escabeche en el que me hubiera dejado cinco barras de pan, pero había que ser precavidos con lo que se venía por delante.
Y salimos de España y nos vamos nada menos que a Austria con un monovarietal de grüner veltimer llamado Nikolaihof 07 (bodega que hace trabajos muy destacables con la riesling). Común a la vista con un amarillo pajizo, y discreto en nariz con notas herbáceas de heno, flores y un ligero fondo mineral. Destacaba más en boca por su potente acidez, algo excesiva pese a la sensación grasa que acompañaba al trago. Retronasal también herbácea, algún recuerdo de hinojo, y un postgusto bastante corto (Creo que ronda los 16 euros).
Cambiamos de continente con un coupage californiano de vermentino y garnacha blanca, llamado Edmunds St. John “Heart of gold” 2008, amarillo verdoso y con una no muy intensa, aunque curiosa naqriz de frutas de hueso y aceitunas verdes. En boca era graso, envolvente, de baja acidez (especialmente baja teniendo en cuenta el precedente) y un finar amargo que daba complejidad al recorrido. Me gustó. Diferente (no sé si se distribuye en España, en su tierra creo que anda por los 18 dólares).
Seguimos con algún blanco que, por razón de su precio, comentamos en el blog paralelo. Cayeron con unas navajas que todavía coleaban.
En tintos la cosa iba de uvas raras, así que empezamos con un monovarietal de Parraleta, variedad autóctona del Somontano que algunas bodegas están recuperando. El primero en este sentido fue Ballabriga 2006 (7 euros en Santa Cecilia), con un vivo rubí bien cubierto y una nariz dominada por el café, caramelos y algunas notas de frutillas. Despuntaba algo de alcohol en boca y, en conjunto presentaba serias dificultades encontrar rasgos característicos de la variedad. No obstante, siempre alegra ver que ciertas bodegas apuestan por variedades autóctonas.
Después de un Juan García que comentaremos también en el paralelo por las razones expuestas, Adrián nos sorprendió con un decantador salido de no se sabía dónde. Tocaba cata ciega. Palos de ciego apuntaron a Borgoña, pero alguien exclamó “esto es de aquí”.
Efectivamente, se trataba de A Torna dos Pasás Escolma, ojo, 2002!. uvas Brancellao, Ferrol, Caiño longo y Caiño redondo de producción limitada en las mejores fincas de Luis Anxo Rodríguez, con un fino cereza, ribete asalmonado, y una nariz de evolución brutal, con eucalipto, moras, más especias en copa agitada, con hierbabuena, tomillo, violetas, muy complejo, y una boca todavía mejor, entrada golosa y de largo recorrido, envolvente, sedosa y culminante en viva acidez. Finísimo y realmente interminable. De esos vinos que no cansan, para beberse una caja entera. Una añada realmente difícil de encontrar, por eso, si alguien topa con él, que no lo deje escapar.

Y como el resto de lo catado se nos sale del presupuesto, continuamos en la trastienda.
5 comentarios:
Pues debe estar bien ese Torna, ¿Hay algo por Madrid aunque sea otra añada?
Pacorro
Lo cierto es que hasta ahora no lo he visto en Madrid (lo que imagino que con la lista Parker cambiará).
Sino, pregunta a José Luis Louzan (La trastienda de Vitualla) que, si lo tiene te lo envía.
Saludos,
Mariano,
¿Me puedes recomendar algún Riesling que pueda conseguir fácilmente? En el Club del Gourmet o algo así o vía Lavinia en internet.
Muchas gracias.
Hola Melvin,
Piénsatelo bien, despues de un buen riesling, nada volverá a ser igual...
No sé si buscas uno seco, dulce, o con solo algo de azúcar residual. Para saber eso, al margen de la clásificación (que es algo complicada), mira el grado alcohólico (menos de 11º tendra algo de dulzor, y más de 11º será seco.
Una de mis bodegas favoritas, y no es difícil de encontrar, es Donnhoff, ya el trocken (seco) básico de la bodega es una pasada, muy bueno para empezar y genial RCP. No se si por Coruña lo encontrarás, pero puedes pedirlo a Santa Cecilia (más barato que Lavinia, que tampoco tiene mucha cosa).
En el Club del Grumete suelen tener el Wittmann, que no está mál. Puedes comprar el Spatlese por unos 20 euros.
Hay otros valores seguros como Barzen, Dr. Bürklin-Wolf, Keller o Kerpen, pero el precio ya se sube más.
Ya me contarás...
Muchas gracias. Voy a ver qué encuentro.
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