viernes, 29 de mayo de 2009

Sorpresas: vino "gris" y queso Sâo Jorge

Una de las cosas más fascinantes que tiene este mundillo del vino es que uno, lejos de irse aburriendo, aumenta gradualmente la capacidad de sorprenderse, y especialmente si, como servidor, se es un ingnorante con la posibilidad de probar cosas distintas.

Una de esas sorpresas llegó con la rareza que recientemente descubrí en La Fisna, sin duda la mejor vinoteca de Madrid en relación Calidad/Precio/Metro Cuadrado. De verdad que es muy difícil encontrar tanto bueno concentrado, y empezando por la encantadora Delia que lo regenta.

El producto en cuestión fue un vino “gris” elaborado por André y Roland Lelievre, vignerons en Lucey, un pueblo del Noreste de Francia, situado en la D.O. Côtes de Toul, que explicado de una forma sencilla, es el resultado de una vinificación de uvas tintas (pinot noir y gamay) de forma prácticamente idéntica a la elaboración en blanco, pues de hecho los propios viticultores lo denominan un "blanc de noirs".





Después de una vendimia manual, generalmente a principios de octubre, los racimos de uva Gamay y Pinot Noir reciben una prensa rápida sin maceración. Las pieles coloran ligeramente el mosto, siendo después de la fermentación cuando el vino obtiene y guardará este color naranja-asalmonado tan especial. Se trata, al parecer, de un procedimiento único en el mundo.

Posteriormente recibe una crianza en tina de acero inoxidable a temperatura constante entre 6 y 12 meses.

A la vista aparecía con un curiosísimo y ya señalado naranja-salmón muy claro y brillante. Extraño pero muy atractivo. Nada que ver con los rosados a los que estamos acostumbrados.





En nariz es muy tímido, delicado, con predominio de finas frutas del bosque (frambuesas) y cítricos, especialmente pomelo sobre un fondo de hierba fresca.


Frente a la finura mostrada en fase aromática, en boca se mostraba algo graso, untuoso y envolvente, con amplio recorrido y muy buena acidez. Refrescante y muy agradable repite las sensaciones cítricas con recuerdos algo más tropicales y florales en retronasal. Mas largo de lo que cabía esperar. En conjunto un vino alegre, pero elegante y delicado.

Desde luego diametralmente opuesto a la opulencia de cestos de frutas, gominolas y sulfurosos que suelen dar los rosados que conocemos, y de hecho creo que en una cata ciega no lo hubiera distinguido de un blanco con facilidad.



Sobre todo por su frescor, creo que he encontrado uno de mis vinos del verano (y por sólo unos 8 euros).

Y para acompañarlo otra sorpresa que esta vez tuvo origen en el supermercado del El Corte Ingles, este queso São Jorge que compré por algo menos de 5 euros.




Se trata de un queso artesanal de leche cruda de vaca que proviene de la isla de las Azores que lleva su mismo nombre. De coagulación enzimática, pasta prensada y con una maduración de unos cuatro meses.

Si bien el formato de la pieza entera es de un clásico cilíndrico, al parecer este rulo es una presentación habitual, junto con la tradicional cuña.



Compacto a la vista ....., ojos pequeños e irregularres. Muy aromático (mantequillas, nueces, pimienta.....) En boca es graso, entra algo dulzón y termina con notas picantes (de nuevo pimienta, muy intensa). Se parece poco a ninguno pobado antes, quizás a alguno de Extremadura.

Iba de maravilla con el vino, ya que ninguno se imponía sobre el otro, y la frescura del gris atemperaba la boca, eliminaba la punta algo empalagosa del queso, difuminaba la grasa con su formidable acidez y, sobre todo, te pedía más y mas.


Vamos, un peligro.

5 comentarios:

Delia dijo...

Gracias por tus palabras Mariano y me alegra haberte sorprendido con el vino. Lo cierto es que a mi no me parece demasiado complejo ni tan persistente en boca pero se disfruta muchísimo que al final es de lo que se trata.
El queso que presentas es muy interesante sin duda, tambien por su RCP. Ahora que me estoy introduciendo en el tambien maravilloso mundo de los quesos , horror!! vino y queso... ,lo añado a mis lista de futuras compras.
Entre los últimos probados están el chabichou de Poitou (riquisisisimo) y el gouda añejo con cristales de sal ( muy sorprendente).
que vicio!!

Jose dijo...

Como deciamos ayer... suena interesante ese vino gris. Visualmente me ha recordado al rosado de Domaine de La Garreliere.

Saludos,

Jose

Mariano dijo...

Hola Delia,

Probado en copa normal se disfruta sin más, pero he comprobado que en catavinos saca bastantes matices, es muy sutil. En cuanto a la persistencia, hablo en terminos relativos con respecto a otros rosados.

Sobre los quesos, que te voy a contar, otro vicio... Si te gustó el Gouda añejo, imagino que el Gruyere te encantará...

Mariano dijo...

Jose, habrá que probar ese que comentas.

Saludos,

Jose dijo...

Coge con pinzas ese recuerdo mio, que hace añadas que no sé cómo va este vino.

Saludos,

Jose

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