Tocaba ahora darle una oportunidad a los blancos, y entonces me fui a lo más fácil, un verdejo de Rueda, y dentro de eso la gama básica monovarietal que hacen en Palacio de Bornos, de la añada 2008 (unos 4 euros en bodega).

El vino, dentro de las posibilidades de la verdejo y en su RCP no está nada mal, con muchas frutas tropicales en nariz, y paso agradable con buena acidez en boca (nada que ver con hace un par de meses, que estaba intratable).
Con el queso se produjo un extraño efecto, directamente cada uno iba por su lado, no sé decir por qué pero no pegaban, casi se molestaban. Era como tomar jamón ibérico de bellota con unas medias noches (y que me perdonen en la famosa pastelería con nombre de isla donde perpetran tal crimen con asiduidad).
Decidimos, no obstante, darle otra oportunidad al blanco, ahora uno más serio y de inmejorable, a mi entender, RCP, hablamos de Añil 2008, monovarietal de macabeo que Vinícola de Tomelloso elabora en el mismo lugar. Pertenece a la D.O. La Mancha y no pasa de los 4 euros en tienda. Es un vino muy limpio, alegre, frutal, con algo de carbónico residual, y que, sin aspirar a nada, te pide otra copa.

A pesar de no ser diametralmente diferente del anterior, no sé por qué, pero fue sorprendentemente bien con el queso. Acompañaba, refrescaba y no desfallecía. Le damos un bien.
Abandonamos los vinos blancos al uso y nos vamos a una de mis debilidades, Jerez, dentro de la cual escogimos un fino (muy fino) Tio Pepe que elabora González Byass y que, sin restarle mérito, puede encontrarse en casi cualquier supermercado por unos 7 euros. Seco, fragante, recuerdos de nueces, levaduras y avellanas, elegante, persistente, vamos, todo lo que se le pide a un fino.

Yo creo que los generosos de esta D.O. son una pequeña maravilla de la que en España deberíamos estar orgullosos por tenerla en exclusiva, y sin embargo no le prestamos ninguna atención, pero de eso hablaremos otro día. Por todo tengo que decir que aquí llegó mi mayor decepción del experimento, pues yo partía de que los finos y manzanillas suelen funcionar con cualquier tipo de aperitivo, incluso pruebas anteriores con quesos manchegos habían dado muy buen resultado, pero claro, eso es como el que tiene un tío en Alcalá (que ni tiene tío ni tiene ná).
En la arena el fino se mostró grosero con el queso, cargándose todos sus matices e imponiéndose de forma exagerada sin dejar recuerdo alguno del lácteo. Suspenso.
Algo desorientados ya, pues nos acercábamos a agotar la batería, probamos con un cava, y en este caso una de mis bodegas favoritas en RCP, Raventós i Blanc, en este caso su Brut Gran
Reserva (unos 12 euros en Licores Lafuente, por cierto, un buen sitio en Madrid para comprar cava). Y esta fue la gran sorpresa.

El espumoso era elegante, un gran vino, con aromas de frutos secos (avellanas) y pastelería provenientes de la crianza, y una serie de notas frutales muy agradables de kiwi y lima. Aunque sutiles, no desfallecían al enfrentarse al queso, al contrario, permanecían y lo complementaban.
Cada viruta de Idiazábal se veía realzada por el toque del espumoso, convirtiéndolo en un bocado exquisito, pero que al mismo tiempo, templaba la boca y la preparaba para uno nuevo. Quizás la emoción del momento incluso nos hizo percibir nuevos aromas. Ni con membrillo. Sobresaliente.
Ante la dificultad de encontrar un maridaje mejor, preferimos dejarlo aquí, emplazándonos, eso sí, para repetir estas jornadas con otro manjar.
Hasta otra,
12 comentarios:
Pues menudo homenaje, si señor, y al final triunfó un cava, que curioso. Pa otras vez acuerdate de algún dulce a ver si se consigue...
Recomiendoooo.... blancos riojanos con añitos. Pero blancos caballeros que se visten por los pies: Tondonia y si puedes Marqués de Murrieta. ¡La pera limonera!
Saludos
Jose
Hola Sibarita,
Me gustan los dulces con muchos quesos, pero creo que en el caso del Idiazabal, que ya tiene un punto dulzón y es muy poco ácido, me pareció que la combinación podía hacerse un poco empalagosa...
Hola Jose,
Buena opción la que propones aunque encajaría más en el blog paralelo, ya que son vinos fantásticos (me quedo con Tondonia) poco mileuristas ;)
Decir que probé también con un blanco con barrica que con el ahumado del queso se hizo un poco pesado; pero como el vino en sí no me gusto nada y no era cuestion de poner verde a nadie no lo comenté.
Je, ¡pues anda que yo cometo dislates económicos! :))))
El Tondonia está por debajo de 20 EUR todavía, ya son euros, pero güeno, se puede intentar estirar uno de vez en cuando. No sé que tal estaría con Gravonia, es más barato que Tondonia, aunque lo cierto es que no me lo termino de imaginar. Sería cosa de probar.
Del blanco de Murrieta... lo malo es que ya no se hace. El Capellanía no es desde luego lo mismo, pero puede que fuera bien con este queso. Sin embargo, y en efecto, es poco mileurista.
No obstante me he dado cuenta de que he cometido un olvido lamentable.
¡ ¡ ¡ O L O R O S O ! ! ! Eeeese sí que es un tiro fijo y por menos de 10 EUR tienes alguno espectacular. El del maestro sierra anda por 9 EUR y es algo increible en ese precio.
Tengo apuntado también probarlo con Palo Cortado, pero este sí que se va más allá de 20 EUR.
Saludos,
Jose
Efectivamente, el Capellanía no es lo mismo (ni Gravonia tampoco desde que lo venden en el Alcampo), pero acabas de darme en mi punto débil con los olorosos, van con todo!!!
Lo del Palo Cortado (otro fetiche) lo apunto para el paralelo.
Saludos
Hombre y el Tondonia (tinto) en el Carreful y el Cubillo en el Eroski :))) pero eso no hace pequeños a estos vinos! ;)
Saludos,
Jose
donde este un buen don simon...
Ya que estamos en maridajes me flipa el parmesano, con qué lo tomariais?
José Luis,
También tienes razón. A veces me pongo un poco quisquilloso. Disculpas.
Tonecho,
Sin duda con un Oporto. Si es posible un Late Bottled Vintage (LBV), si no un Tawny. Se te van a caer las lágrimas. Seguro
Saludos,
Nada que disculpar hombreeee! :^P
Saludos,
Jose
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