
Si tuviéramos que resumir las características de la zona en pocas palabras, los rasgos fundamentales de la Ribeira se ven definidos por la influencia del río Sil, el imperio de la uva mencía sobre otras que a veces la complementan en menor medida (brancellao, merenzao, garnacha tintorera, caiño...) y si hablamos de blancas godello, dona blanca, y en menor medida treixadura y algún albariño. Salvo en algún caso de menor interés, en su mayor parte se trata de producciones muy pequeñas y familiares fruto de la tradición minifundista, y rara es la bodega que tiene en propiedad más de cuatro o cinco hectáreas.

El resultado son vinos generalmente jóvenes, sin madera, frescos, frutales, de no muy alta graduación, con rasgos muy varietales (aunque algo distintos a los que la misma uva nos tiene acostumbrados en El Bierzo) y bastante caprichosos, pues, dentro de unos parámetros, claro, cada añada es diferente, cada subzona es un universo, cada bodega un mundo y cada botella una sorpresa. Además, como su consumo por ahora es mayoritariamente local, sus precios son contenidos, sobre todo teniendo en cuenta lo limitado de las producciones, y muy rara vez superan los diez euros. Así ocurre en los vinos que ahora comentaremos
Y el segundo catado fue este Viña Regueiral (unos 7 euros en tienda), también de la añada 2007 y que elabora José Rodriguez Prieto también en Sober. Se trata de una bodega más humilde, con menos de una hectárea, una cosecha limitadisima de unos 7000 kg de uva mencia, y una producción de apenas 5000 botellas. Es, sin embargo, bodega fundacional de la Denominación de Origen, y por tanto con una tradición familiar del cultivo y mimo de la vid que se remonta en varias generaciones. No creo que, de hecho, la continuación de la labor artesana que hoy lleva a cabo esta familia responda a motivos económicos.
Adelantar que no es un vino inmediato ni directo. Abstenerse impacientes. Tras ir probando y ver que mejora mes a mes, llego a la conclusión de que necesita algo de botella. Hay que decantarlo, jarrearlo y esperar a que se abra.
A la vista es algo más claro y menos cubierto que el anterior. En nariz un vino tímido que poco a poco va mostrando frutillas del bosque, lácteos, violetas y algo de pizarra. En boca es amable, redondo, sin aristas, fino, de paso agradable, sorprendente baja acidez, no obstante debe tomarse fresquito (unos 16º). Tiene menor concentración y grado que el anterior e invita a seguir bebiendo.
Con más de dos comensales la botella suele durar muy poco, y, lo dicho, cada una es un mundo.
Para terminar por hoy (seguro volveremos a hablar de la D.O.) comentar que ofrecen un maridaje fantástico con el pulpo á feira, que la mayoría de los tintos (y especialmente los muy maderizados) no suelen soportar porque acaban pulverizados por el pimentón.
Así que, Señora, cuando vaya a Galicia y pida un pulpo á feira, déjese de albariños, que se cargan el manjar, y pida un mencía de la Ribeira Sacra, ya verá que bien.
Estos también combinaron de forma excelente con un fantástico queso portugués biológico (nunca tendré muy claro lo que quiere decir eso) y artesano de oveja, poco curado, eso sí.
24 comentarios:
.....por cierto, este fin de semana es la fiesta del Amandi.Allí estaremos, catando en feria, visitando Régoa y haciendo una cata especial de la zona......y sí,Raúl elaboró su Pecado en la bodega de Guímaro.......
Pues es curioso, pero a mi no me pareció que hubiera que airear el viña regueiral, se desplegó enseguida, es verdad tambien que con el paso de los minutos estaba todo mas integrado, Me sucedió una cosa curiosa, creí que llevaba algo de madera por su nariz y no la lleva.
No me aguntó de u día a otro con vacío pero es que como dices es para abrir y bebersela toda, me gustó mucho.
Uxio,
Qué envidia me das. A ver si me dejo caer por allí esta Semana Santa.
...y Raul, que bien está todo lo que toca...
Sibarita,
A mi la clave definitiva me la dio catarlo con el Guímaro. La diferencia en intensidades era muy grande y no podía ser. El descubrimiento fue que al jarrearlo empezó a sacar aromas y complejidad, no sé, son vinos muy curiosos.
De seis botellas que he ido abriendo desde diciembre, no me ha salido una igual...
pues para lo bueno y lo malo, que bien que sea así no?, una aventurilla que les da cierto romanticismo..
En alguna ocasión algún vino de mencía, en nariz, también me parecía que había pasado por madera por sus notas ahumadas y sin embargo no era así.
Saludos,
Jose
Hola Mariano, interesante titulo..."golosinas", ya sabes que poco puedo decir, pero me alegro de que vayas avanzando en tu "aventura" con el Regueiral. Yo fijate, nunca fui partidario de dar mucha botella al vino, pero tengo guardadas algunas añadas anteriores para en algun momento con Juan hacer una vertical y sacar conclusiones.
El Guimaro no lo he probado, me llama la atención la intensidad que describes, probablemente tenga una mayor extracción, un mayor contacto con los hollejos, no sé habrá que probarlo.
Y si este fin de semana es la Feria del Vino en Sober (Lugo), Juan estará por allí....
Pues este finde abrimos otro Regueiral que tengo yo guardado Mario! o si quieres lo dejamos ahí reposando hasta verano o... cuando lo creas oportuno, ahora que no sé yo cuanto aguantará en botella. a ver que sale!
Respecto al Guímaro, solo puedo decir que pese a no ser yo muy de tintos, o mejor dicho,no era yo muy de tintos, este me encanta, ahora, me parece que tiene un grado elevado no?pq el viernes sali un poco contento de una cena con Guímaro, eso si, bien que lo disfruté!
Y tengo ganas de conocer los de Bibei que tan bien hablan de ellos.
Creo que esta es una D.O. con mucho futuro.
Hola José Luis,
A mi me pasó eso que dices con algunos vinos de Telmo Rodriguez. El Gaba do Xil tinto (por cierto también mencía) y, sobre todo, el Al Muvedre (monastrell)
Saludos,
Carlos,
Qué envidia lo de la vertical y la feria.
La mencía es una sorpresa, a veces con dos años está muerta y otras veces pruebas uno sin madera con una década y está de llorar.
Pedro,
A mí me quedan un par de botellas, a ver si me aguanta una hasta el año que viene.
En cuanto al grado y la concentración del Guímaro y de dónde salen... cosas de Raúl.
Los de Bibei son una pasada, aunque los precios se salen también de la media, pero claro, de 15 hectáreas sólo sacan 6.500 litros, y eso hay que pagarlo. Siempre podemos empezar por el Refugallo que comenté en un post anterior...
En mi caso fue con El Castro de Valtuille Jóven.
Saludos,
Jose
Ostras Mariano, genial, dos de mis mencias preferidos.
La verdad es que a mi tambien me parecieron diametralmente opuestos a pesar de provenir de la misma uva... cosas de la elaboración, pero sobre todo del trato a la viña, que en el caso de Guimaro creo que busca mas la concentración que el Regueiral, que buscaria la finura y el estilo. Vinos con mucha clase los dos...
Los Bibei son otra cosa, mas "borgoña" tal vez, mas "glamourosos" por definirlos de algún modo. El Lalama 2005 muy bueno, buenisimo, un puntito por encima de estos...
Orgullosos tenemos que estar la gente de la Ribeira Sacra por tener este vino tan emblemático.
Gran blog.
Saludos.
Hola José Luis,
La sorpresa ha sido ver que precisamente estos dos vinos (en su añada 2008) han sido de los tres premiados en la XXIX feria del Vino de Amandi. La entrada fue publicada con anterioridad a la feria y yo, como es lógico, no sabía nada. Habrá que probarlos inmediatamente.
Saludos,
Anónimo,
Agradezco mucho tu comentario. Una pena que tengamos aquí a un paisano de la zona y no le podamos poner nombre.
Mariano, post muy interesante.
El Guímaro lo descubrí en mi última visita a Pontevedra y me encantó; la botella que probé estaba abierta, así que no percibí los aromas herbáceos que comentas. De los mejores Ribeira Sacra que me echado al cuerpo.
Aprendo mucho contigo.
Un saludo,
Pues Melvin yo tomé un Guímaro hace dos días en la Taberna O Secreto de La Coruña, supongo que la conocerás no?buen sitio de vinos! lo tenian como mencia de copa, y los abrían como churros
Hola Melvin,
Si el Guímaro era el del Bagos, te garantizo que llevaba poco tiempo abierto y bien conservado, por lo que lo probaste en condiciones óptimas. Efectivamente, en su precio, de lo mejor.
Es agradable saber que esta plataforma es útil para alguien.
Saludos,
Peter,
Afortunadamente, vinos como Guímaro están sustituyendo a "rectorales" y "añares" de medio pelo en las ofertas por copa. Muestra de que el consumidor de poca cantidad va apostando también por la calidad, que es posible a buen precio.
Mariano,
....no sé donde has tomado rectorales y añares por copa pero te puedo comentar que llevo 8 años poniendo cada semana trece vinos distintos y nunca puse esos. Y el que apuestó por la calidad no fué el cliente, fué el hostelero. El cliente vino más tarde......
hola mariano, ya tengo ese leirana a excusa 2008, como recomiendas consumirlo?
mas botella?, decantar?, temperatura?
Uxio,
Partiendo de que seguro que estoy equivocado, reconozco que en muchas ocasiones tengo mal ojo para los sitios, y ojalá yo, al igual que tú, viviera en un lugar donde lo normal en la oferta de vinos por copa sea de trece o más.
Nunca he tenido tanta suerte (salvo en casos aquí comentados) y lo más frecuente, y eso es lo que creo que está cambiando, es que cuando entro en un bar las opciones que hay para pedir un tinto por copa éste sea Rioja, si acaso Ribera y si es en Galicia, mencía, y cualquiera de ellos de perfil medio-bajo.
Mi sensación, desde mi absoluta ignorancia y despiste, es que cuando el hostelero apuesta por calidad sin pasarse en el precio, el cliente responde, y el local se llena.
En cualquier caso mi intención no es crítica, sino optimista, y posiblemente parta de una visión sesgada, por eso agradezco que nos aportes tu perspectiva, que, desde el punto de vista de la hostelería tiene, seguro, mejor sustrato.
Por cierto, no dejes de darme las señas de ese local que regentas y que estaré encantado de visitar en cuanto pueda.
Saludos,
Hola Sibarita,
Aunque creo que es un vino al que le falta un añito para estar en su mejor momento, no quiero estropearte la ilusión si te apetece abrirlo.
Te recomiendo que, con mucha tranquilidad, lo abras, lo pongas en un decantador y lo jarrees un poco. Después introduces el decantador en un bol grande con agua fria y unos hielos y con paciencia vas probando. Metiendo, eso sí, la nariz en todo el proceso para ver como va cambiando la cosa.
Con toda la experiencia que tienes, me encantará saber tu opinión. No quiero dar pistas, aunque mi resumen después del proceso fue: mineralidad.
Saludos,
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